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Oblicuidad

La malpraxis de la entrevista "te pillé"

La malpraxis de la entrevista "te pillé"

No todo es sonrosado en el mundo del periodismo. Uno de los ejercicios más reprobables de la contemporaneidad es el auge de la entrevista te pillé, o gotcha interview en la matriz estadounidense siempre original. En esta modalidad del Trivial, el informador pretende demostrar que es más inteligente que su víctima. Para ello, le plantea cuestiones en su mayoría numéricas, con el avieso propósito de sorprenderlo en un renuncio. Este ejemplo de malpraxis distorsiona además el sentido del pugilato, porque la puntuación final corresponde al lector o espectador, sin zancadillas de una de las partes.

El encono dominante en las elecciones catalanas de diciembre aportó el caldo de cultivo idóneo para las tretas de la entrevista te pillé. El caso más difundido correspondió como siempre a Jordi Évole. En su conversación simultánea con Inés Arrimadas y Marta Rovira, les preguntó a bocajarro cuál era la tasa de paro en Cataluña. Ninguna de las candidatas sabía la respuesta, un lapsus a denunciar en una liza electoral. Sin embargo, el interrogante desveló rasgos interesantes de ambas. La jefa de lista de Ciudadanos soltó una cifra por completo desenfocada, ni se le ocurrió quedarse sin respuesta. En cambio, la dirigente de ERC calló piadosamente, en obediencia del pronunciamiento de Junqueras según el cual "Marta no sabe decir una mentira".

¿Dominaba Évole la tasa de paro catalana, antes de preparar la entrevista? En caso negativo, sorprende que someta a otros a un test que el profesor hubiera suspendido, aunque el entrevistador dispone aquí del recurso infalible a "yo soy el que hace las preguntas". Lo peor de la entrevista te pillé es su carácter contagioso. A continuación del programa televisivo, los entrevistadores de papel alambicaron el interrogante, al inquirir sobre la tasa de paro juvenil. Esta exigencia parece desmedida, incluso a quien piense que los candidatos son un pelotón de estafadores. En próximos comicios, se requerirá de los aspirantes la tasa de paro en mujeres no caucasianas entre los 33 y los 36 años de edad. Con tres decimales.

El ignorante George Bush era la víctima propiciatoria de las entrevistas te pillé. El precio de un café torturó la carrera política de Zapatero, aunque propició un desastre económico equivalente a miles de millones de tazas. En fin, el periodista queda exento de la acusación de sabihondo cuando el entrevistado se equivoca por sí solo. Por ejemplo, Monedero me dijo que el entonces presidente Obama había sido gobernador de Illinois.

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