José Coronado es un actor que me encanta. Es bueno el tipo. Haciendo papeles de poli atormentado, pero eficaz a pesar de todo, sencillamente lo borda. En la peli Contratiempo, que no me explico cómo no es la favorita a los Goya y al Óscar, su papel de padre desconfiado y desesperado es genial. Dicho todo esto, me parece que no voy a volver ningún trabajo suyo por bueno que sea. Un tipo que cede su imagen para publicitar empresas que promocionan adicciones peligrosas no merece mi atención, y espero que se pudra en el paro lo antes posible. Publicitar tabaco está prohibido, con el alcohol pasa lo mismo, de las drogas nunca hubo publicidad, y todo ello con grandísimo acierto. El asunto es que la adicción al juego es también una adicción, y es devastadora.
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Los puntos sobre las uves