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Medio Ambiente

La lechuza común es el Ave del Año 2018

Balears se encuentra entre las zona de España que ha registrado una reducción en la población de lechuzas

La lechuza puede girar la cabeza 270 grados. Jean van der Meulen

El 2018 es el año de la lechuza común. Es el resultado de la votación popular propuesta por SEO/BirdLife para elegir a la protagonista de la campaña Ave del Año, que en 2018 cumple la treintena. Como ocurrió con el sisón común en 2017, el ave de este nuevo año es fiel reflejo del mal momento que sufre la avifauna ligada a las zonas agrarias y que, entre otras cuestiones, evidencia problemas como la pérdida de hábitat, los efectos del actual modelo agrícola o el despoblamiento rural. En el caso de la lechuza, el declive poblacional se sitúa en torno al 13% en la última década, aunque en algunos puntos del país el bajón llega al 50%.

“La ciudadanía ha decidido que pongamos el foco en la lechuza común. En silencio, como cuando vuela, esta especie nos avisa, desde hace años, sobre la paulatina pérdida de vida en el campo. Se la ve menos, se la oye menos. Ocurre lo mismo con los insectos. Con los roedores. Con los paisajes y con el paisanaje”, señala la directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz.

Así está la lechuza

La lechuza común es una de las aves nocturnas que se incluyen en el programa de ciencia ciudadana de SEO/BirdLife. Gracias al trabajo de los 450 voluntarios que recogen datos cada año, ha sido posible determinar su declive poblacional, cifrado en el 13 % respecto a 2005. El descenso de individuos es especialmente significativo en la parte del país denominada “región mediterránea sur”, que abarca Andalucía, Castilla-La Mancha, Murcia, Comunidad Valenciana, Balears y parte de Aragón, Madrid, Cataluña y Extremadura.

En esta zona del país, la más extensa, las poblaciones de lechuza se han reducido a la mitad. Cataluña y Castellón (la denominada región mediterránea norte) son los puntos donde la especie ofrece mejores datos. En el norte del país también se nota el declive que, en el último año, se mantiene en torno al 15%.

La lechuza es un ave protegida a nivel nacional, incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial lo cual le hace merecedora de una atención particular. Por ejemplo, se prohíbe cualquier actuación hecha con el propósito de darles muerte, capturarlas, perseguirlas o molestarlas, además de la destrucción o deterioro de sus nidos.

En Canarias habita una subespecie de la lechuza común denominada lechuza majorera que está catalogada a nivel nacional como Vulnerable e incluida en el Libro Rojo de las Aves de España con la categoría de En Peligro.

¿Cuáles son sus amenazas?

Una de las principales causas de su declive es la radical transformación del medio agrario, cada vez más alejado de los paisajes que mostraban un mosaico de cultivos adaptados a la realidad hídrica de cada zona. En la actualidad, el medio agrario está más centrado en grandes extensiones de monocultivo, a menudo basadas en regadío. Este cambio de paradigma, unido al empleo generalizado de plaguicidas y rodenticidas, contribuye a la pérdida de biodiversidad en el campo y a su contaminación. Hay menos diversidad de hábitat, menos insectos, menos roedores y, por tanto, menos alimento para las aves agrarias, que además sufren envenenamientos secundarios. Esta realidad lleva aparejada un continuo despoblamiento rural que también afecta a las aves ligadas a entornos con presencia humana. Por ejemplo, las lechuzas pierden lugares tradicionales de nidificación como campanarios, caseríos o granjas.

¿Qué hacer?

Como ocurre en la mayoría de los casos, mejorar las poblaciones de lechuza pasa por una mejora de la biodiversidad en el medio rural. Lograrlo es un reto en el que intervienen múltiples factores pero que, en el terreno legislativo, tienen importantes hitos en los próximos años. En 2018, por ejemplo, se espera que el Congreso de los Diputados apruebe la Ley de Cambio Climático, que tendrá también impacto en la configuración del medio agrario. Éste, a su vez, tiene pendiente la reforma de la conocida PAC, un proceso que acaba de arrancar y que, por el momento, no ofrece buenas noticias a la lechuza. Además, también en 2018, se abre el proceso de revisión de la Directiva Marco de Agua, un instrumento comunitario crucial que tiene gran impacto en la configuración de nuestros campos.

“La elección de la lechuza como Ave del Año reforzará el trabajo de incidencia que está realizando SEO/BirdLife en los tres procesos legislativos, pero la ONG no se quedará ahí e impulsará nuevas vías de trabajo con otros agentes -consumidores, agricultores, ganaderos, municipios del medio rural, entre otros- para mejorar el hábitat y las condiciones de la lechuza, a fin de reducir sus amenazas directas y mejorar el conocimiento sobre la especie”, explican desde la ONG. En este sentido, pide la colaboración ciudadana para identificar zonas de cría y nidificación, siempre sin molestar a las aves. De esta manera, la ONG ambiental podrá conocer mejor la distribución en España de la especie y completar el Atlas de las Aves en época reproductora. El Ave del Año también centrará su acción en el ámbito internacional y legal y es que, al igual que otras especies de búho y de cárabo, la lechuza común ha vivido en los últimos años su minuto de fama gracias a la saga de Harry Potter, un interés que ha disparado el comercio ilegal de la especie en algunos puntos del planeta, como el sudeste asiático. Por otro lado, las colisiones y electrocuciones, y también los atropellos en carretera, no contribuyen a mejorar su estado de conservación en España.

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