Cada vendimia que se sucede en la isla, con épocas de sequía y otras en que las tormentas despiadadas, especialmente con granizo, hacen mella en bastantes viñas, los vinos blancos autóctonos, tanto de variedades locales como foráneas, especialmente francesas, se están consolidando, aunque parecen ser más apreciados por los visitantes. Destacan esos blancos con cierta crianza o que han madurado en sus lías un tiempo, alcanzando un carácter tan especial como atractivo, que les hace salir un poco de la normalidad. Entre estos vinos está el Chardonnay Barrica 2014, también embotellado en Magnum, de Toni Gelabert, con viñas y bodega en Manacor. Es todo un monovarietal de la uva francesa Chardonnay. Tras la fermentación en madera, envejeció cuatro meses en barrica de roblé francés. Resalta su tono dorado. Emite aromas cítricos intensos, como notas a hierbas y ahumadas. En boca es sabroso y elegante, manteniendo una acidez equilibrada.
