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Café Lírico

Ca s´Andritxol, el baluarte de Antonio Maura

Inaugurado en 1894, Ca s´Andritxol ha sobrevivido a todos los cambios habidos en Ciutat a lo largo del pasado siglo. El café Lírico sigue siendo un local de referencia en Palma

El café Lírico, de no haber acontecido el golpe de Estado de julio de 1936 y la Guerra Civil, seguiría denominándose hoy Ca s´Andritxol. Sucedió que al iniciarse la contienda o inmediatamente después (Sebastián Ferrer Mas no puede precisarlo) las autoridades franquistas ordenaron taxativamente la eliminación de los nombres de grafía catalana y sus sutitución por otros castellanos. La perentoria orden llevó a los propietarios ha optar por denominarlo Café Lírico, dado que el Teatro Lírico, propiedad de José Tous Ferrer, se levantaba justo delante, donde hoy se abre s´Hort del Rei, a pocos metros de las esculturas de Miró y Calder. Ca s´Andritxol lleva a cuestas 121 años de ininterrumpida historia. Pasa por ser la cafetería más antigua de Palma, al menos la que más años lleva abierta en la misma ubicación. Es, acompañado del bar Bosch, casi a tiro de piedra del Lírico, al otro lado del Paseo del Borne, uno de los locales de Palma que siguen disponiendo de un sello singular. El Lírico posee unas características únicas. La fundamental es la de mirar hacia s´Hort del Rei y el Palacio de la Almudaina. Además, siempre ha sido un lugar de encuentro, durante muchos años centro de animadas tertulias, tanto literarias como políticas. Sebastián Ferrer y Toni Mas, quien junto con Salvador, el hijo del primero, ahora dirige el café, comentan que la familia lo adquirió en 1932. "Lo abrió un andritxol, y de ahí su nombre -cuenta Sebastián-, pasando por diferentes manos hasta que fue adquirido por mi padre, Salvador, y su cuñado, Antonio, para, después, ser dirigido por mi sobrino y mi hijo".

Ligado al Teatro Lírico

La historia de Ca s´Andritxol ha estado muy ligada a la del Teatro Lírico: fueron de la mano hasta que en 1967 el teatro desapareció para dar paso a los jardines de s´Hort del Rei y posibilitar la restauración del Palacio de la Almudaina. A la cafetería acudían los artistas de variedades y zarzuela, además de algunos de ópera, que actuaban en el Lírico. Sebastián comenta que era habitual que cuando concluían las representaciones el bar se llenara, tanto de espectadores como de artistas. Recuerda que Lola Flores y Manolo Caracol, en una de sus estancias en Palma, venían a diario, "pero hasta que no consiguieron hacer caja dejaron a deber las consumiciones, que no eran pocas, aunque antes de irse liquidaron la deuda", explica . Otra de las asiduas fue Lina Morgan. "Era una tradición que se tomaran aquí el café o cualquier otra cosa", añade, precisando que "la gente lo sabía y venía a verlos". La cafetería progresivamente fue adquiriendo la personalidad por la que es conocida, aunque un suceso, acaecido en enero de 1992, acabó por hacerlo noticia en toda España. Al café Lírico le toco el gordo de la Lotería del Niño de aquel año. Ocurrió que uno de los camareros, Ramón, compró un décimo, que puso ante las narices del hijo de Sebastián, Salvador, diciéndole que adquiriera el número, puesto que acababa de toparse con un gato negro, por lo que era seguro que iba a tocar. Salvador no lo pensó dos veces: se fue a la administración y adquirió varios décimos, cosa que también hicieron varios camareros, no todos, y algún que otro cliente, al igual que un camarero, ya jubilado, del cercano bar Antonio, que decidió comprar algunos décimos, con lo que le correspondió una millonada. Toni Mas deja claro que el número premiado no se vendió en el café. No hubo participaciones, sino que quien quiso comprar el décimo tuvo que hacerlo en la administración.

Sebastián, retomando el hilo de la historia de Ca s´Andritxol, recuerda que su padre le contó que durante la guerra e inmediatamente después, en la década de los cuarenta, el café se tostaba en su casa mientras que el azúcar se obtenía machacando confites. El café normal llevaba incorporado un 20 por ciento de avena, ya que la escasez era notoria. También se despachaba el denominado "café extra", notablemente más caro, dado que era café puro.

Otra de las historias asociadas a Ca s´Andritxol se remonta más atrás en el tiempo, prácticamente a los inicios del pasado siglo, al momento en el que empezaron a circular por Ciutat los primeros tranvías. La tracción de los mismos no era lo suficientemente potente para poder subir la calle Conquistador, por lo que requerían el auxilio de unas mulas; los animales, una vez salvada la cuesta, regresaban solas a los aledaños de la plaza de la Reina. Ocurrió que cierto día el tranvía, tras subir la calle con la imprescindible ayuda de las mulas, se desenganchó accidentamente de éstas con lo que, con los todavía no muy convencidos pasajeros en su interior, inició un rápido e incontrolado descenso. Por poco el tranvía no se empotró en el café, pero la noticia del accidente se divulgó con rapidez por toda Palma constando lo suyo lograr que el público acabara por confiar en el nuevo medio de transporte. En Ca s´Andritxol el suceso dio pie a innumerables comentarios cada vez que se veía aparecer el tranvía enganchado a las inevitables mulas.

Sin el teatro

Quienes dirigían el café pensaron que al demolerse el Teatro Lírico se estaba firmando la sentencia del local. "Dimos por hecho que el negocio no se podría mantener", dice Sebastián. No fue así: la clientela siguió acudiendo a diario, la terraza no se resintió, se pudo seguir adelante. "El Parque del Mar y el Borne nos han beneficiado, porque por la zona siempre hay muchos turistas", explica Toni, quien asegura que "durante mucho tiempo fue la única zona de Palma, aparte de la plaza Gomila y aledaños, que estaba animada por la noche". Añade que "en la actualidad el café sigue funcionando, aunque es verdad que la rentabilidad se ha reducido mucho, desde la llegada del euro prácticamente en un cincuenta por ciento, ya que los precios se han incrementado y la gente sale mucho menos".

Al indagar cuál fue la mejor época del café Lírico, Toni responde que "seguramente una de las mejores fue la de la década de los ochenta, unos años muy bohemios, en los que en el local las tertulias, numerosas y muy animadas, se prolongaban hasta la madrugada". Al caer la tarde, al bar acudían diariamente pintores, escritores y diversos tertulianos. Toni dice que no quiere olvidarse de ninguno, por lo que pide disculpas si algún nombre se queda sin ser citado. Menciona a Miquel Barceló, Rosy de Palma, que en aquellos años estaba con "Peor Imposible"; Maria del Mar Bonet, que hizo alguna presentación de libros; Joan Bibiloni, Biel Mesquida, que es de los pocos que sigue haciendo acto de presencia... "La verdad es que las noches eran muy animadas -afirmaToni-, pero desgraciadamente estas costumbres se han ido perdiendo y hoy en día prácticamente no quedan tertulias, ya no es como antes, las cosas han cambiado mucho".

Es Sebastián quien rememora la presencia en Ca s´Andritxol de Jorge Luis Borges. "Un día apareció por la cafetería, de inmediato se corrió entre la clientela que el escritor se estaba tomando un café", cuenta. "No recuerdo en qué año fue -añade-, pero sí que su presencia fue muy comentada". Al igual que la del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, de visita oficial a Mallorca. Fue poco después de ser elegido por primera vez presidente. Acompañado de varias personas se acomodó en la barra para tomarse un café. El local ha sido remozado, se le ha lavado la cara, pero en lo esencial conserva las características de siempre, al igual que el mobiliario. Ca s´Andritxol es de esas cafeterías que cuando menos las tocas, mejor. La propiedad lo tiene claro, quiere que siga siendo el de siempre.

Toni Mas comenta otro de los cambios que el local ha tenido que torear para que no le perjudicara. Ha sido el del itinerario de la precesión del Jueves Santo. Hasta hace unos años el desfile, tras pasar por Cort, bajaba Conquistador para seguir por el paseo del Borne en dirección a Jaime III. Años antes la ruta era la inversa: se subía Conquistador. En cualquier caso, la aglomeración de público, en buena medida turistas, era considerable, con lo que el café tenía garantizada una tarde-noche de una buena caja. Pero hete aquí que en los últimos años el desfile del Jueves Santo, el núcleo de la Semana Santa palmesana, ha obviado Conquistador y Borne, con la consiguiente disminución de la afluencia de gente en la zona. Toni afirma que se ha notado. "Pero también es cierto -sigue diciendo- que los clientes de siempre no nos han abandonado, siguen viniendo".

Banderillas

Sebastián recuerda que su padre, Salvador, después de la guerra y a lo largo de muchos años invariablemente todos los domingos hacia acto de presencia en el bar para confeccionar un buen surtido de "banderillas" a base de anchoas, aceitunas y otros condimentos. "Se hicieron famosas -cuenta-, eran muchos los clientes que hacían el aperitivo al mediodía y las solicitaban, por lo que a mi padre no le quedó más remedio que un domingo sí y otro también estar en el bar para prepararlas". Sebastián comenta que eran unos tiempos en los que las penurias económicas constituyeron la norma. Las "banderillas" perduraron a lo largo de los años, se hicieron una de las ofertas habituales de Ca s´Andritxol, incluso cuando se instalaron los televisores, primero en blanco y negro y después en color. Lo de las televisiones fue una innovación, común a todos los bares de España, que devolvió parte de una clientela perdida. Sebastián dice que a las horas en los que empezaron a televisarse los partidos de fútbol la afluencia era enorme. "Sobre todo cuando pusimos la televisión en color, durante un tiempo la novedad hizo que fuera muchísima la gente que se entraba en el café".

¿Y ahora? Toni responde insistiendo en lo que antes ha mencionado: la rentabilidad del bar se ha reducido drásticamente. No es solo que se haya encarecido la materia prima, sino que la gente sale con mucha menos asiduidad que antes, entre otras razones por la muy poderosa de que sus disponibilidades económicas han menguado considerablemente. Toni Mas ironiza con otra posible razón: la derivada del uso masivo de las redes sociales. "Parece que a los jóvenes les apetece más engancharse a ellas que hacer lo de antes", afirma sonriendo. Su tío destaca que a pesar de todo Ca s´Andritxol sigue funcionando. "Tenemos la suerte de que la de Antonio Maura es una de las calles más concurridas de Palma, casi siempre está llena de gente, los turistas que deambulan por la zona ven que el café Lírico es un bar con sabor, de los de antes, esa es nuestra personalidad, la que sigue atrayendo a muchos", sentencia.

Toni Mas y su primo Salvador Ferrer se han distribuido las horas en las que Ca s´Andritxol permanece abierto. El primero tiene a su cargo el turno de mañana, mientras que el segundo se las apaña con el de la tarde y primeras horas de la noche, hasta que allá hacia las diez el bar cierra sus puertas. El horario de cierre es flexible, puesto que, básicamente los viernes, una de las tertulias que perdura hace que en ocasiones se eche el candado más tarde.

Abierto en las postrimerías del siglo XIX Ca s´Andritxol sigue, en la segunda década del siglo XXI, tal como fue a lo largo de su historia. Las fotografías enmarcadas en sus paredes relatan la historia de una Palma que desapareció mucho tiempo atrás. Puede verse la ciudad de principios del siglo XX y años inmediatamente posteriores; y, cómo no, contemplar el Teatro Lírico. ¿Seguirá abierto Ca s´Andritxol cuando se inicie el siglo XXII? Sebastián y Toni apuestan a que así será, a que el café no desaparecerá.

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