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Disidencia interna

Los versos sueltos del PP balear

El empresario Bartolomé Servera y el exalcade de Pollença, Tomeu Cifre, son dos de los pocos "versos sueltos" protagonistas de la disidencia interna del PP balear

Bartolomé Servera y Tomeu Cifre, de 67 y 44 años, encarnan diferentes generaciones de afiliados críticos del PP balear. Guillem Bosch

El PP balear siempre ha tenido a gala celebrar su cohesión interna, la derivada de ser un partido monolítico, al tiempo que ampliamente hegemónico en el mapa político de las Islas. La historia corrobora, en parte, tales premisas, que han dejado de tener vigencia después del 24 de mayo, cuando el partido de las derechas isleñas ha padecido un desmoronamiento electoral traducido en la pérdida de 15 diputados en el Parlament y pasar a la oposición tanto en las instituciones autonómicas e insulares como en ayuntamientos desde siempre bajo su control. Ha sido en el transcurso de la presidencia de José Ramón Bauzá, ahora senador elegido por la Cámara legislativa, cuando el PP ha visto florecer una variopinta disidencia interna, que, sin embargo, siempre ha estado latente, padeciendo sarpullidos de mayor o menor intensidad en situaciones conflictivas. Bauzá y su corte pretoriana han hecho que las costuras no hayan resistido, lo que, al romperse, han dejado al descubierto la evidente disidencia existente en el PP balear; una disidencia casi siempre silenciada a base del clásico ordeno y mando, tan común en la estructura de los partidos políticos españoles.

Bartolomé Servera, de 67 años, veterano del partido, presidente de una asociación empresarial de distribución de alimentos y bebidas y vicepresidente del Fomento del Turismo, además de expresidente de las organizaciones que agrupan a los comerciantes de Balears, encarna una acreditada disidencia. El exalcade de Pollença, Tomeu Cifre, de 44 años, integrado en una nueva generación de políticos de la derecha, está momenta-neamente fuera del PP. Una imputación de carácter administrativo llevó a Bauzá a apartarlo de las listas electorales. Se presentó al frente de una agrupación independiente y obtuvo, en Pollença, mejores resultados que los conseguidos con el PP cuatro años antes.No ha repetido como alcalde debido a que una coalición de izquierdas ("coalición de perdedores" como gusta denominar en el PP a la práctica común en toda Europa de establecer alianzas poselectorales) se ha hecho con el gobierno municipal.

Díscolos

Servera y Cifre encarnan el perfil de militantes que no comulgan ciegamente con el ordeno y mando habitual. Son díscolos, casi siempre manifiestan sus opiniones. Servera anunció a Bauzá con mucho tiempo de antelación lo que se le venía encima el 24 de mayo. Se le ignoró e incluso fue represaliado. Cifre también se opuso a las tesis oficiales. A ambos se les puede definir como "versos sueltos", una acuñación inventada para el exministro Alberto Ruíz Gallardón, que no era ni tan verso ni tan suelto.

Servera analiza la situación en la que se encuentra el PP a pocos meses de las elecciones generales señalando que "hay que hacer ver a los ciudadanos que hasta ahora la única opción de centro derecha era la del PP, pero que ahora hay otras opciones (en referencia a Ciudadanos) y que con las animaladas que el PP ha protagonizado estos últimos años mucha gente se ha quedado huérfana". "Los gestores que hemos tenido -añade- han dejado al partido sino desguazado, al menos muy averiado, por lo que la recuperación es, a corto plazo, muy difícil". Cifre incide en la tesis argumentando que "el PP se ha alejado de la sociedad, de ahí el descalabro electoral que ha padecido, al que también ha contribuido la división interna resultado de un liderazgo férreo que no ha atendido a las demandas sociales". "Es evidente -prosigue- que la filosofía del partido se tendrá que reinventar, porque, a pesar de que el PP gestiona bien, no atiende a muchas demandas sociales". Servera pone un ejemplo: "en el sector del comercio -aduce- el PP lo tenía muy fácil, pero increiblemente ha decepcionado a todos, sin excepción". El viejo militante popular opina que el "descalabro" no se ha debido exclusivamente a cuestiones como las de la lengua y la cultura, sino que también han ayudado, y no poco, asuntos como el del comercio, reiterando que "el sector, al que conozco bien, está muy decepcionado".

Al plantearles la cuestión de si en los pésimos resultados obtenidos por el PP balear ha pesado por encima de todo el Gobierno del presidente Rajoy, Servera afirma que "las elecciones no se ganan, se pierden, por lo que las medidas muy difíciles que se han tomado desde el Gobienro central pueden haber influido, por supuesto, pero Rajoy no es razón suficiente para restar tanto, ya que es dificilísimo, casi imposible, pasar de 35 a 20 diputados, se trata de un desplome tan enorme que resulta casi imposible que se dé, y se ha producido". Cifre opina que lo ocurrido no hay que interpretarlo en clave estatal, aunque dice que evidentemente ha influido, añadiendo que "muchos municipios se han perdido por las siglas PP, que en estas elecciones han supuesto un lastre considerable para los candidatos que se presentaban a los ayuntamientos". El exalcalde de Pollença enfatiza la apuesta fallida de determinados sectores económicos, en especial el hotelero, al dar por hecho que el PP obtendría entre 27 y 28 diputados, lo que le permitiría seguir gobernando con el auxilio de Ciudadanos o El Pi. Cifre no tiene empacho en dejar claro que considera "acertadísimas" leyes como la Turística, la Agraria y la del Suelo, por lo que, reitera, "ha fallado estrepitosamente la transmisión de la imagen, porque el PP no ha querido hacer caso a muchas demandas sociales". "Cualquier líder político -prosigue- tiene la obligación de prestar atención a una manifestación como la del TIl, en la que salieron a la calle cien mil personas, y cien mil ciudadanos no son todos unos radicales".

El expresidente histórico del PP balear, Gabriel Cañellas, destituido en 1995 por José María Aznar, y con el que aparece en la imagen.

Retoma el hilo Bartolomé Servera asegurando que "lo que ha fallado claramente ha sido el núcleo dirigente del partido, que jamás había sido tan cerrado, hasta el punto de que únicamente se escuchaban a sí mismos". Ironiza diciendo que "visto lo ocurrido espero que los asesores que han auxiliado al máximo dirigente del partido se abstengan de cobrar por los servicios prestados, porque después del resultado de las elecciones parece muy claro que no se ha ganado el suelo". "Hacerlo peor es imposible, francamente imposible", sentencia.

Servera introduce una nueva reflexión: "cada comunidad autónoma se las ha tenido que ver con una problemática concreta, problemática que aquí no existía, por lo que el enorme lío en el que nos hemos metido ha sido absolutamente gratuito". "No era previsible -insiste una y otra vez- que con una mayoría absoluta de 35 diputados se acabara tan desastrosamente mal". "Hemos pasado del máximo al mínimo", resalta Cifre, afirmación a la que Servera añade que "después de las elecciones hemos acabado de fastidiarlo".

Interinidad

¿Qué tiene que hacer el PP balear para salir del marasmo en el que se encuentra? Tomeu Cifre no duda en decir que "ante todo tomarse las cosas con tiempo, porque es evidente que con Miguel Vidal (el sucesor de Bauzá en la presidencia del partido) no se arreglará nada". Lo dicho por Cifre posibilita a Servera dejar sentado que "con Miguel Vidal la crisis se ha cerrado en falso". El exacalde prosigue diciendo que "el PP está metido en una situación transitoria, por lo que si no analiza adecuadamente qué es lo que ha sucedido la recuperación no llegará, dado que los que han venido (el pacto de las izquierdas) están para quedarse, trabajan para establecer alianzas sólidas con la sociedad civil, cosa que el PP ha sido incapaz de llevar a cabo a lo largo de estos años". Todo ello lleva a Servera a profundizar en su tesis de que el PP se topará con muchas dificultades para recuperarse. "Lo tiene muy complicado, mucho más que con las crisis de Cañellas y Soler". El pesimismo del vicepresidente del Fomento del Turismo llega al extremo de asegurar que "lo único que podría sacar al PP del pozo es una figura sin hipotecas, y eso es muy difícil de encontrar". ¿Lo es Mateo Isern? A la pregunta responde que "se trata de hallar alguien con menos hipotecas que las de Isern, que no tenga pasado político e incluso carezca de presente, a pesar de que tengo muy claro que prescindir de Isern fue otro de los grandes errores cometidos". La gravedad de la situación lleva a Cifre a plantear "cómo podrá hacer el PP oposición en el Parlamento al Govern", mientras que Servera afirma "compadecer" a la "pobre" Marga Prohens, la nueva portavoz del Grupo Popular en la Cámara autonómica.

El exalcalde de Pollença, Tomeu Cifre, (izda.), considera que el PP se ha alejado de la sociedad, no ha sabido atender a sus demandas, lo que le ha conducido al "descalabro" electoral. GUILLEM BOSCH

¿Ha sido la corrupción un elemento determinante para explicar los resultados electorales? Cifre dice no tenerlo claro. "Si hubiera tenido mucha incidencia, por qué no pasó factura en las anteriores elecciones", se pregunta, añadiendo que "no creo que haya sido muy determinante". Servera discrepa de esta apreciación: "Opino que sí, estoy convencido de que ha pasado una factura importante -dice-, puesto que cuatro años atrás el nivel de exigencia no era el mismo que hay en la actualidad, ahora se ha incrementado muchísimo". Concluye la reflexión diciendo que "ni el más anti PP que imaginarse pueda, habría sido capaz de diseñar un escenario tan catastrófico como el que se ha producido".

A cuatro meses de las elecciones generales, previstas para la última semana de noviembre o la primera de diciembre, Servera y Cifre no destilan un optimismo apreciable en torno a las posibilidades del PP, tanto en la circunscripción balear, que elige ocho diputados, como en toda España. En opinión de Cifre, "no hay tiempo material para que se pueda juzgar la gestión de los nuevos". Da por hecho que el PP tendrá "un bajón importante", aunque no descarta que se materialice una cierta recuperación, al considerar que "parte del electorado del PP, que en mayo no ha ido a votar, en las generales no se quedará en casa".

Descontento

Eso sí, el "cabreo" que, dice, existe con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, por la subida de impuestos hará que "mucha gente" no vote al PP. En cuanto a los escaños que se obtendrán, aduce que en Baleares se conseguirán tres, dos menos que los obtenidos en las elecciones de 2011, precisando que "si en España llega a los 150 puede dar las gracias".

Bartolomé Servera es menos optimista, aunque coincide con Cifre en que en las Islas serán tres los diputados populares, "porque de no sacarlos, apaga y vámonos", no cree que en el Congreso de los Diputados el PP vaya más allá de los 130 escaños, "dado que con la marcha que estamos llevando hay que correr mucho". Sobre Montoro dice que le recuerda a Josep Borrell, "quien salía en el telediario haciéndose el simpático para decirle al ciudadano que tenía que pagar más impuestos". "Montoro no puede hacer sus gracias cuando está explicando que hay que pagar más a Hacienda, que es algo que cabrea mucho", asegura.

Las elecciones generales son, en opinión de Servera, muy impredicibles, debido a que la irrupción de dos nuevas fuerzas políticas hace que no se puedan analizar con los parámetros habituales. "Si los ciudadanos no se equivocan mucho -opina- quedará espacio para PP y PSOE, pero el resultado final no está ni mucho menos claro, es complicado dilucidar hacia dónde se decantarán las cosas y cual será la fuerza en escaños que cada partido tendrá en el Congreso". "Lo que no volveremos a ver en mucho tiempo son las mayorías absolutas, se han acabado definitivamente", sentencia. Cifre, al atender a los augurios de Servera acerca de los diputados susceptibles de ser conquistado por el PP, hace que deje en el aire su anterior pronóstico de 150 escaños. Manifiesta que es complicado hacer una predicción, concediendo que las elecciones están muy en el aire. Ambos sí reiteran que en la circunscripción balear se modificará sustancialmente la correlación de fuerzas: los tres diputados que adjudican al PP suponen una merma importante de su actual representación, cifrada en cinco escaños. No lo dicen, pero se adivina, que al ser obligada la representación por islas en la candidatura, Mallorca razonablemente solo puede aspirar a colocar un parlamentario en el Congreso. A partir de aquí, la designación del candidato puede ser fuente de nuevos enfrentamientos entre los dos sectores del partido.

Bartolomé Servera y Tomeu Cifre son de los que dan por iniciada una etapa muy distinta a la vivida en los años precedentes, tanto en el seno del PP como en la política mallorquina y balear. Los tiempos son otros, nuevos, imprevisibles. "Se va a tener que trabajar mucho y muy rápido", es la común conclusión a la que llegan.

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