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Curso en la UIB

Sexo, asignatura pendiente

"Diferentes miradas sobre la sexualidad" es el título genérico del curso que, de setiembre a mayo, impartirá en la UIB, para alumnos mayores de 50 años, la catedrática de Pedagogía y Didácticas Específicas, Carmen Orte.

Invisibilidad. Los medios de comunicación contribuyen a que la sexualidad entre las personas mayores no se manifieste, dado que no ofrecen imágenes más que de gente joven. La invisibilidad de los mayores es una constante.

Tener una sexualidad plena, junto a la pareja que deseas, es uno de los aspectos que contribuye decisivamente a disfrutar de una calidad de vida adecuada. Lo dice la catedrática de Pedagogía Carmen Orte, quien, a la vuelta del tórrido verano que acabamos de iniciar, se dispone a impartir un curso sobre sexualidad en la UIB para alumnos mayores de 50 años. La profesora Orte precisa que la sexualidad ha sido constreñida, básicamente por razones culturales, a concretas etapas de la vida de las personas: las de la juventud. Más allá de una determinada frontera vital no se habla de sexualidad, ésta no existe, lo que provoca que lo que se denomina persona mayor, preferentemente la que habita en residencias, en lugares en los que la privacidad es complicada, no pueda desenvolverse con naturalidad. "En estos espacios -precisa Carmen Orte- nadie quiere comprometerse, plantear abiertamente cuáles son las necesidades sexuales de cada cual, por lo que a lo que se tiende, siempre que se plantean problemas, es a inhibir la sexualidad". La catedrática explica que "el problema lo tenemos cuando se depende de otros, que es lo que muchas veces acontece en determinadas etapas de la vida; entonces resulta más cómodo no pensar en la sexualidad de los mayores, porque ello implica, para los jóvenes, plantearse la sexualidad de sus padres y de sus abuelos".

Las "diferentes miradas sobre la sexualidad", el curso que en otoño se abrirá en la UIB, incidirá en aspectos relacionados con la antropología de la sexualidad, historia, sicología y la educación sexual. Orte señala que una de las especificidades más sobresalientes que se estudiará a lo largo del curso es la de "poder hablar libremente sobre la sexualidad". "En nuestra sociedad -dice-, los aspectos vinculados con la sexualidad han significado, hasta hace poco, un tabú que implicaba la ausencia de investigaciones y de literatura científica asociada con la cuestión." "Este secretismo -añade- se acentúa si se asocia con la edad, delimitado en gran medida por los aspectos culturales que favorecen la asunción de que la sexualidad en la denominada tercera edad debería ser rechazada sin más". Orte destaca que en la actualidad, cuando la generación de la explosión demográfica de los años cincuenta del pasado siglo está llegando a la "frontera" de la tercera edad, las cosas están cambiando, dado que "tiene una sexualidad mucho más abierta, no están condicionada por las represiones de las generaciones precedentes, en las que las represiones han sido abrumadoras". En el curso, la profesora Orte dejará nítidamente establecido que la edad no constituye "ninguna barrera insalvable", porque si existen determinados problemas físicos éstos pu

Modelos sexuales

Carmen Orte señala que los medios de comunicación contribuyen a dificultar todavía más la asunción de una sexualidad normal en las personas mayores, al ofrecer constantemente un modelo de sexualidad fundamentado en la juventud. "Los medios de comunicación no divulgan imágenes sexuales, y no estoy hablando de sexo explícito, sino de comportamientos amorosos, como pueda ser el corgerse la mano, de personas mayores, sino que las circunscriben a gente joven", señala, preguntándose: "¿No hay sexo después de los 50?". "Dado que lo hay -prosigue-, ¿por qué no se muestran imágenes de personas que se desean, que se mana, de esas edades?"

La catedrática de Pedagogía deja establecido que el deseo sexual es el mismo a los 20 que a los 50 años, "lo que sucede -matiza- es que el hecho de haber tenido historias previas, que es lo que les ocurre a la gran mayoría de personas mayores, elimina la iconsciencia propia de la juventud, al haber más planificación y reflexión en el momento de formalizar determinados compromisos con la pareja". "Pero el deseo sigue siendo el mismo, no cambia", reitera. Otro aspecto destacado por la catedrática es el de los condicionamientos de carácter religioso, que constituyen una de las barreras más difíciles de salvar para mantener unas relaciones sexuales satisfactorias. "Los inhibidores religiosos son muy potentes -afirma Orte-, y si se vive en una residencia regentada por religiosos, directamente puedes olvidarte de mantener una relación sexual normal.

La premisa fundamental que realza Carmen Orte es la de que la sexualidad es inherente a la calidad de vida. "Si tienes interés por el sexo hay que practicarlo -afirma-, y hacerlo con la pareja que deseas, por lo que la clave es la de disponer de la pareja adecuada". A partir de este aserto precisa que "los hombres lo tienen más fácil, puesto que cuando no pueden tener sexo en pareja están en disposición de comprarlo, cosa que hoy igualmente está al alcance de las mujeres". La catedrática de Pedagogía aclara que, en ningún caso, es favorable a la prostitución, sino todo lo contrario. "Eso ha de quedar claro", especifica, "lo que estoy diciendo es que en nuestra sociedad es posible comprar sexo", afirma. ¿Cómo se tiene sexo si no se dispone de una pareja? A la pregunta responde que "se paga por tener sexo o se practica el sexo virtual, este es el resultado que hemos obtenido de nuestros estudios", responde.

Otro de los aspectos que Carmen Orte considera necesario poner sobre la mesa es el de las enfermedades de transmisión sexual, las enfermedades venéreas. "Entre las personas mayores -asegura- existe una gran ignorancia sobre esta cuestión, por lo que se hace imprescindible realizar un gran esfuerzo de divulgación, a fin de que se conozcan cuáles son los potenciales peligros de practicar sexo sin tomar las necesarias precauciones". "Lo que sucede es que al no hablarse de la sexualidad en las personas mayores, al haberse ignorado sistemáticamente que entre ellas el sexo existe, tampoco se ha dicho nada sobre las enfermedades de transmisión sexual", manifiesta, destacando que "todo forma parte del mismo paquete, una y otra cuestión son evidentemente indisociables".

La catedrática incide finalmente en que los hombres dan más importancia al sexo que las mujeres. Dice que "de acuerdo con la concepción de la sexualidad en la etapa vital de las personas mayores, las mujeres tienden a considerar que la sexualidad es un aspecto secundario en la relación de pareja. Valoran otros aspectos como la afectividad, sentirse queridas y las expresiones de afecto, como los besos y los abrazos, aunque se valora la sexualidad, especialmente cuando se renueva la pareja. Para los hombres, la sexualidad, entendida especialmente en el contexto de las realaciones sexuales, sí adquiere mayor importancia".

Carmen Orte dice que el curso que impartirá en la UIB pretende abarcar todos los aspectos que ha reseñado de forma clara y pormenorizada, a fin de que quienes se inscriban en el mismo obtengan un cuadro de situación lo más amplio posible. "Se trata de que las personas de más de 50 años, quienes estén interesados por las cuestiones que afectan a nuestra sexualidad, conozcan qué es lo que hay en nuestra sociedad y cómo se pueden resolver los problemas que pueden plantearse", manifiesta. "La sexualidad es muy importante -sentencia-, aunque quien libremente decide prescindir de ella también puede disfrutar de una excelente calidad de vida, de lo que se trata es de poder optar con libertad".

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