La fiscalía no acusa al PP en el caso Bárcenas, ni a Cristina de Borbón en el caso Infanta. A continuación la emprende contra un tuitero, el peldaño más bajo de la escala evolutiva. La puerilidad del ministerio público impulsará a juzgar a ritmo de Twitter, en un país que todavía no ha condenado a ninguno de los causantes de su hundimiento económico. Se puede garantizar que el concejal madrileño Guillermo Zapata, al igual que Baltasar Garzón o Elpidio Silva, será condenado mucho antes de que se conozca el desenlace de las instrucciones interminables contra Blesa o Rato. Por supuesto, resulta más entretenido leer exabruptos o eructos de 140 caracteres que adentrarse en la jungla de los balances financieros.
El tal Zapata será ajusticiado por "humillación a las víctimas del terrorismo". Aceptemos la existencia de un delito selectivo, porque no existe una "humillación a las víctimas del desahucio o de las preferentes de Bankia", aunque su situación económica sea más precaria. El mayor insulto a las víctimas de ETA de la historia de España fue proferido por el Gobierno del PP, cuando el 11M adjudicó a la violencia etarra los 191 asesinados por el terror islámico. La utilización indecente de una matanza para salvar las elecciones inminentes denigra hasta límites inconcebibles a las auténticas víctimas de ETA. Por supuesto, la asignación mentirosa y con intereses vergonzosos nunca fue perseguida por la fiscalía. Al contrario, hizo equilibrismo con la patraña.
La escasa gracia de Zapata me ha reconciliado con Irene Villa, la víctima admirable al sintetizar que "nunca me han molestado ni me molestarán gracias o chistes sobre mí". A propósito, Zapata no ha negociado con ETA, a diferencia de PP/PSOE y pese a que este diálogo intranquiliza lógicamente a las víctimas. En fin, Rajoy le soltó a Zapatero en el Congreso que "usted traiciona a los muertos, revigoriza a una ETA moribunda y ha pagado a la banda". Este comportamiento del último presidente socialista empeoraría notablemente al concejal madrileño. De momento, Rajoy no ha azuzado a la fiscalía contra su predecesor.
El fiscal jalea a Zapata hasta glorificarlo. Y lanza un aviso a quienes todavía hablan de libertad de expresión, porque en el escrito de la fiscalía se menciona asimismo el chiste desgraciado sobre el Holocausto. Cuesta encontrar una incitación más rabiosa al odio religioso que la película en que los crucificados que rodean al Mesías, víctima del terrorismo romano, cantan alegres "Mira siempre el lado optimista de la vida". Mal andamos, si hay que recordar que puedes reírte con La vida de Brian y tomarte en serio al Papa Francisco, otro que cualquier día topará con el fiscal.
