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Verona: tras las huellas de Romeo y Julieta

El supuesto balcón que hizo famosos a Romeo y Julieta.

Poco podía imaginar el mediocre escritor italiano Luigi da Porto que su narración, en parte autobiográfica, en parte inspirada en un drama real de 1302, "Historia novellamente ritrovata di due nobili amanti" iba a dar tanto juego. No contaba, desde luego, con que su novelita de amores trágicos llegara a las manos de un entonces joven William Shakespeare que, tomando cosas de aquí y de allá, creó la inmortal "Romeo y Julieta", una de las obras más representadas y prototipo de la mejor historia de amor.

Tampoco ni Luigi ni William podían imaginar que Verona, la ciudad en que ambos ambientaron la relación de los dos jóvenes con las familias enfrentadas se convirtiera en prototipo de destino para enamorados, ni que los espacios en que Julieta Capuleto y Romeo Montesco vivieron su historia de amor y muerte en la ficción pasaran a ser iconos del recorrido turístico por la bella ciudad italiana. Aquí, en el recodo que forma el río Adige en su camino al Adriático, se aloja la ciudad de los enamorados más tozudos de la literatura universal. Shakespeare solo pudo soñarla, pero otros colegas viajeros como Dickens o Goethe la alabaron y hasta el propio Dante situó en los círculos de la Divina Comedia a veroneses notables.

Cuando se visita por primera vez Verona (o por tercera o cuarta) sale al paso enseguida la Casa de Julieta, un palacio gótico con su célebre balcón y con la estatua en bronce de la heroína en el patio, con el pecho derecho desteñido y sobado ya que al parecer tocarlo da suerte en el amor... y con miles de papelitos (al menos no hay candados) con nuevos nombres de enamorados y corazones atravesados por flechas. También, un poco más lejos, puede visitarse la mismísima tumba de Julieta y con algo de imaginación se descubren los lugares de las peleas entre las dos familias y los de los encuentros furtivos de los amantes. Todo, naturalmente, es imaginario pero, aquí se puede emplear una de las frases más típicas y utilizadas del italiano: "Se non è vero, è ben trovato".

Romana y medieval

Pero incluso si uno no se deja seducir por el encanto de Romeo y Julieta, como hacen cuatro millones de turistas cada año, sí lo hará por el de su ciudad, cuyo centro histórico es Patrimonio de la Humanidad. Por encima de los tópicos literarios, esta encantadora villa medieval es, incluso hoy, un magnífico escenario para todo tipo de historias, con sus imponentes ruinas romanas, sus leyendas medievales, sus recuerdos góticos y sus grandes palacios del siglo XVII. Verona es un maravilloso ejemplo de integración urbana, arquitectónica y artística de los distintos períodos históricos durante dos milenios.

Dentro del patrimonio histórico veronés destaca su herencia romana. La Arena del siglo I, en plena plaza del Brà, es su ejemplo más grandioso. Construida en mármol rosa e impecablemente conservada, es el tercer coliseo más grande de Europa, con capacidad para 30.000 espectadores, fue levantado en el siglo I por Tiberio y es la sede de uno de los más prestigiosos festivales líricos del mundo y sus óperas al aire libre atraen a melómanos de toda Europa. Pero además de la Arena, Verona conserva el Puente de Piedra, que aunque sufrió grandes daños durante la II Guerra Mundial fue reconstruido manteniendo gran parte de los materiales originales rescatados del lecho del río, los restos de dos puertas de acceso a la ciudad (Porta Borsari y la Porta dei Leoni) así como un Teatro romano al que se llega cruzando a la otra orilla del río Adigio, a los pies de la colina di San Pietro.

Verona es también una ciudad ante todo medieval y no faltan palacios, ni iglesias, ni por supuesto la catedral. Entre otros, San Zeno, algo alejado del núcleo urbano, pero una joya románica considerada una de las más bellas de Italia. O Santa Anastasia, la iglesia más grande de Verona, ordenada construir por los dominicos entre los siglos XIV y XV. Su interior gótico alberga un gran repertorio de obras de arte. La catedral (siglo XII) es pura armonía románica y gótica.

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