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Memorias de la cocina

Comer caracoles, una antigua tradición

Comer caracoles, una antigua tradición

En las más antiguas excavaciones se hallan indicios de aquello que los humanos consumían e igualmente, de los utensilios que usaban para preparar sus alimentos, ya fueran tallos, raíces, cereales, carne o algunas especies animales que hoy ya no forman parte, ni mucho menos, de todas las culturas. Los caracoles se hallan en casi todas ellas.

En un principio, la humanidad tuvo que hacer una selección de lo que era o no era comestible. Incluso más. En el caso de los caracoles, tuvo que aprender que su calidad o su posible riesgo „de indigestión e incluso de muerte„ dependía del lugar donde se recogían y de las plantas con que se alimentaban.

La historia del consumo de los caracoles no puede entenderse sin tener en cuenta la lucha de la humanidad por sobrevivir. Fieles al principio de hacer de la necesidad, virtud, con el tiempo, los caracoles guisados convenientemente con hierbas que, de alguna manera, pueden neutralizar los efectos de algunos ejemplares indigestos, se han convertido en un manjar exquisito.

La máxima expresión popular de su consumo llega el día de san Marcos (25 de abril) y es necesaria la importación de toneladas de este molusco para dar respuesta a la demanda. Si hasta hace poco cada familia recogía los ejemplares que precisaba, hoy, para evitar la laboriosidad de su elaboración, más que la dificultad, se está optando por el take away.

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