Una de las víctimas de la agresión homófoba en Llucmajor: "Conmigo el miedo no funciona"

"Conmigo el miedo no funciona". Raúl, uno de los dos hombres que fueron víctimas el pasado lunes por la noche de un ataque homófobo por parte de cuatro individuos en un bar de la urbanización Maioris, en Llucmajor, está decidido a plantar cara. En cuanto recibió asistencia médica por las lesiones que sufría se presentó en el puesto de la Guardia Civil para presentar una denuncia. El instituto armado mantiene abierta la investigación para detener a los agresores.

El incidente ocurrió sobre la medianoche del lunes, en un bar de la urbanización Maioris, en Llucmajor. Un grupo de cuatro individuos hostigó a un joven que había estado allí con su pareja. Le acercaron una botella a la cara y le dijeron: "¡Chúpala!". Cuando el joven trató de marcharse le siguieron, golpeándole e insultándole: "¡Maricón de mierda!". En la calle le esperaba su pareja, que había ido a buscar el coche, y el grupo les propinó una paliza a los dos, hasta que les dejaron cuando varios vecinos salieron en defensa de las víctimas.

Cuatro detenidos por pegar una paliza a una pareja gay en Llucmajor

Mientras se marchaban les amenazaron: "¡Como llaméis a la Policía volveremos a buscaros!". Pero si pensaban que iban a amedrentar a las víctimas, se equivocaban.

"Los golpes duelen, pero lo peor es el miedo que tiene mi marido, que tiene que ir a trabajar en un restaurante al lado del hotel donde están estos energúmenos", comenta Raúl. "Pero conmigo el miedo no funciona".

La víctima todavía no ha digerido una agresión tan gratuita. "Si nos hubieran robado lo entendería, pero no lo hicieron. Solo nos pegaron por nuestra orientación sexual, mientras nos gritaban ¡maricones de mierda!". El hombre explica que nunca había tenido ningún problema similar antes. De hecho, los cuatro agresores solían ir a comer al restaurante en el que trabaja su marido y nunca se habían metido con él.

El hombre recibió fuertes golpes en la cara y sufría una hemorragia en la nariz, por lo que tuvo que ser trasladado en ambulancia al hospital. Tanto su coche como la acera donde ocurrió la agresión quedaron manchados de sangre. Ayer seguía con un ojo hinchado, que todavía no podía abrir, y estaba pendiente de nuevas pruebas en el hospital de Son Llàtzer para determinar si sufre una fractura en el tabique nasal.

Raúl destacaba la labor la intervención de la Policía Local y la Guardia Civil: "Se han portado muy bien, se han volcado con nosotros".

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