Bernat Franco, cabo de los Bombers de Mallorca: «A veces la cercanía a una víctima te impacta más que las grandes catástrofes»

Recién jubilado después de 36 años en los Bombers de Mallorca, el cabo Bernat Franco repasa en esta entrevista desde sus inicios en el cuerpo a su participación en misiones internacionales y el operativo tras la dana de Valencia.

VÍDEO | Bernat Franco, cabo de los Bombers de Mallorca: «Hay mucha gente que sale de excursión sin estar preparada, con una aplicación que se ha descargado en internet»

Bernardo Arzayus

Xavier Peris

Xavier Peris

Palma

Treinta y seis años en los Bombers de Mallorca dan para mucho. El cabo Bernat Franco, jubilado desde hace unas semanas, ha vivido en primera persona la transformación del cuerpo de emergencias en las últimas décadas. Desde unos inicios con medios rudimentarios hasta la rigurosa formación que reciben los últimos efectivos. También ha participado en grandes despliegues, como el del terremoto en Haití en 2010 o el de la dana del año pasado en Valencia.

¿Qué recuerdos tiene de aquel joven de 27 años que entró en los Bombers de Mallorca en 1989?

Las ganas de dar un servicio al ciudadano y también dar un cambio laboral en mi vida. Yo trabajaba como mecánico y vi un anuncio en el periódico. Reunía los requisitos, de tener carné de camión y un oficio, y las pruebas físicas no eran un problema.

En aquella época había que aprender sobre la marcha, con lo que le enseñaban los veteranos.

Ni más ni menos. Cuando te incorporas a un parque de bomberos te tienes que familiarizar con todo el material y las herramientas que tienes. Porque cuando te vas a un siniestro no puedes perder tiempo buscando las cosas.

¿Se acuerda de la primera emergencia grave en la que intervino?

Uno de los que más me impactó fue tener que sacar un cadáver en avanzado estado de descomposición del interior de un domicilio. También había muchos accidentes de tráfico con personas atrapadas.

En aquella época había muchos siniestros de tráfico graves.

Sí, y los coches no tenían tantas medidas de seguridad como ahora. Yo tenía experiencia en automoción y me manejaba bien con las herramientas que usábamos para excarcelar a las víctimas. Este conocimiento te facilita saber dónde tienes que cortar para generar un espacio para sacar a la persona con la mayor rapidez posible.

El cuerpo de Bombers ha evolucionado mucho en estas décadas.

Sí, en todos los aspectos. En gente y en medios. La formación que yo recibí no tiene nada que ver con la que tienen los jóvenes que se incorporan ahora. Tienen una buena base, porque estos chicos se preparan durante meses y años para acceder a las pruebas. Y una vez consiguen la plaza reciben una formación de 500 horas.

¿Cuáles eran los servicios más habituales en aquella época, a finales de los 80?

Trabajábamos mucho el tema forestal. Tuvimos los incendios de na Burguesa, que viví muy de cerca. Esa zona se quemó mucho en aquellos años. En aquella época el monte estaba muy sucio, la cosa ha mejorado mucho.

Ahora lo que ha cobrado mucho auge son los rescates de montaña, con la popularización de las actividades al aire libre.

Totalmente. Yo fui uno de los miembros del primer grupo de rescate de montaña de los Bombers, que se creó en el año 2000, y he visto cómo estos incidentes han ido creciendo año a año. Hasta que se han duplicado o triplicado los servicios. Cada vez hay más gente que sale a la montaña y esto incrementa los accidentes. Hay mucha gente que sale de excursión sin estar preparada.

¿Se encuentran muchos casos de negligencia por parte de los usuarios?

Claro. Las redes sociales han provocado que mucha gente trate de hacer una excursión con una aplicación que se ha descargado en internet, sin conocer la ruta y los riesgos que conlleva. El Torrent de Pareis es el mejor ejemplo. No tiene gran dificultad salvo unos pasos un poco técnicos, pero uno no se puede meter allí de cualquier manera. Y hay mucha gente que se mete sin estar preparada, sin material adecuado, sin mirar las previsiones meteorológicas, sin el móvil cargado y sin agua ni comida.

A lo largo de su carrera usted ha participado en operativos de ayuda en zonas castigadas por grandes desastres, como los terremotos de Perú en 2007 o Haití en 2010. ¿Cómo funcionaban estas misiones internacionales?

Yo estaba metido en Bomberos Sin Fronteras, que organizaban estas operaciones en casos de grandes desastres. Tenías que tener todas las vacunas y el pasaporte en regla para poder viajar a cualquier país de inmediato.

Bernat Franco, en Haití tras el terremoto de 2010.

Bernat Franco, en Haití tras el terremoto de 2010. / DM

¿Que recuerda de estas misiones?

El que más me impactó fue el terremoto de Haití. En Perú montamos carpas para alojar a la población que había perdido sus casas, pero la gente colaboraba mucho y notabas mucho calor humano. Pero en Haití la devastación era total. Trabajábamos en el desescombro de edificios, sacando a víctimas de las ruinas, y a veces la gente se ponía agresiva.

Franco, a la derecha, con dos compañeros en un parking inundado en la dana de Valencia.

Franco, a la derecha, con dos compañeros en un parking inundado en la dana de Valencia. / DM

Y el año pasado, pocos meses antes de jubilarse, se enfrentó a otra catástrofe, esta vez en España: la dana de Valencia.

En este caso se organizó a través del Govern, que pidió voluntarios a los cuerpos de emergencia, incluidos los Bombers de Mallorca. Yo tenía disponibilidad y me apunté al primer grupo. Fuimos a Alfafar y otros pueblos de la zona cero. Y nos quedamos impactados. Lo que se veía por la tele no hacía justicia a la magnitud del desastre. Todo aquel montón de coches arrastrados, carreteras arrasadas, casas inundadas y la necesidad que había de mano de obra y maquinaria pesada... Y mucha gente que lo había perdido todo.

De todo lo que me ha contado, desde los primeros servicios a las grandes catástrofes, ¿hay alguno que le impactó especialmente?

Sí, claro que hay. Después de tantos años podría enumerar bastantes. Recuerdo el caso de un hombre que cayó en un pozo en Andratx, que estuvimos varios días tratando se sacarle pero no pudimos acceder y al final falleció. El estar allí tantos días cerca de él y no haber sido capaz de salvarle te deja muy mal.

O sea, que a veces no son los grandes desastres los que más te afectan, sino la cercanía de las víctimas.

Sí, así es. También te afectan mucho los accidentes de tráfico en los que hay niños implicados. Lo pasas mal, porque están muy indefensos. Quieres hacer todo lo que está a tu alcance para sacarles. Te quedas más tocado.

¿Qué le recomendaría a un joven que quiera entrar en los Bombers de Mallorca?

Ganas. Aunque todos los que entran las tienen, porque afrontan un proceso de selección largo y duro. Se preparan durante meses o años. Y que sean humildes. Cuando entres, no quieras saberlo todo. Escucha a los veteranos, porque la experiencia es un grado. Y luego, que no todo es desagradable, porque a veces te das cuenta de que has salvado la vida a una persona, y eso también te lo llevas.

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