Tribunales

Condenado a 15 años de cárcel por violar más de diez veces a su hijastra en Andratx

El acusado intimidaba con un cuchillo a la víctima, de 12 años, y le decía que estaba embrujado para agredirla reiteradamente

La sentencia fija una indemnización de 25.000 euros para la perjudicada, que regresó a su país para superar el trauma

El acusado, en la Audiencia Provincial de Palma durante el juicio. | L. MARINA

El acusado, en la Audiencia Provincial de Palma durante el juicio. | L. MARINA

Marcos Ollés

Marcos Ollés

Palma

La Audiencia Provincial ha condenado a 15 años de cárcel a un hombre por violar a la hija de su pareja, una niña que tenía 12 años, en Andratx. La sentencia señala que el acusado agredió sexualmente a la víctima «entre diez y veinte veces», en algunas ocasiones intimidándola con un cuchillo y en otras asegurando que estaba embrujado y debía violarla para dejar de odiarla. La Fiscalía le imputaba dos delitos y reclamaba 30 años de prisión, pero el tribunal le declara autor de un solo delito continuado de agresión sexual a menor, con penetración y abuso de superioridad. Le impone la pena máxima prevista por él y fija una indemnización de 25.000 euros para la perjudicada.

La sentencia de la sección primera de la Audiencia considera probado que las violaciones se sucedieron entre mayo y julio de 2023. El acusado, de 41 años, convivía con la menor y la madre de esta -que en ocasiones le decía que la niña era hija suya- en un domicilio de Andratx. La primera agresión sexual se produjo en un chalé donde el hombre realizaba algunos trabajos. Una tarde, aprovechó que esta vivienda estaba vacía para llevar allí a la menor. Cogió un cuchillo de la cocina, se lo dio a la víctima y le pidió que lo matara, ya que estaba muy mal porque le habían hecho brujería. Llegó a darle instrucciones de cómo debía clavarle el arma y cuando la menor se negó, le espetó: «Pues te pienso follar aquí». La tiró sobre una colchoneta, la sujetó con fuerza, dejó el cuchillo en el suelo y la forzó a mantener relaciones sexuales. «Da igual si gritas o no, nadie te va a escuchar», le dijo.

El fallo señala que a partir de entonces las violaciones se sucedieron «varias veces a la semana» en el domicilio familiar. El acusado aprovechaba los momentos en los que estaba solo con la niña porque la madre trabajaba para llevarla a su dormitorio, y agredirla sexualmente. «En todos los casos, se aprovechaba de que, por su relación cuasi-familiar con la menor, podía estar a solas sin levantar sospechas y [la niña] se veía imposibilitada para eludir la conducta del procesado o pedir ayuda para poner fin a la situación», exponen los magistrados.

Una terapia para la brujería

Las agresiones sexuales acabaron cuando unos familiares se instalaron durante un tiempo en la vivienda. Cuando estos iban a regresar a su país, la menor insistió en irse con ellos hasta que finalmente reveló las violaciones que estaba sufriendo y su madre presentó una denuncia. El hombre fue detenido por la Guardia Civil el 23 de agosto de 2024 y desde entonces permanece en prisión preventiva.

La sentencia considera que el testimonio de la víctima es plenamente válido, por su credibilidad y su persistencia, y está avalado por otras evidencias. Además, destaca la situación de «desconcierto y confusión» que el acusado generó en la víctima con la supuesta brujería, ya que le decía que las violaciones eran «una terapia para dejar de odiarla». La niña sigue en tratamiento psicológico por las violaciones sufridas y acabó regresando a su país natal para tratar de superar el trauma. Según contó en el juicio, el hombre le había dicho que si acababa en la cárcel por las agresiones sexuales la buscaría cuando saliera.

La sentencia no es firme y puede ser recurrida ante el Tribunal Superior de Justicia.

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