La Guardia Civil analiza la documentación de los felinos de Ariany para averiguar si entraron en Mallorca de contrabando

Sospechan que la pareja de rusos detenida obtenía grandes ingresos con la venta ilegal de animales exóticos

Desmantelan en Mallorca un criadero de animales felinos

Guardia Civil

Xavier Peris

Xavier Peris

Palma

La Guardia Civil prosigue con la investigación de la operación Kotach, en la que fue desmantelado un criadero ilegal de felinos exóticos en Ariany. Los agentes están analizando los documentos de la veintena de animales intervenidos, entre los que había ejemplares de caracal y de serval, felinos salvajes oriundos de África y Asia, para determinar si fueron introducidos de contrabando en Mallorca.

La investigació corre a cargo del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Valencia, que fue el que detectó las actividades de una organización que traficaba con especies protegidas de felinos, desde tigres blancos a panteras nebulosas, criados en granjas en Rusia, Bielorrusia y Ucrania, y posteriormente introducidos de forma ilegal en la Unión Europea y Estados Unidos. Las pesquisas policiales les permitieron localizar un criadero clandestino de animales exóticos en una finca de Ariany, en Mallorca.

Fue allí donde los agentes del Seprona de Mallorca, con la colaboración del Grupo de Seguridad Ciudadana, realizaron un registo el pasado día 8, y donde encontraron una veintena de felinos en jaulas. Entre ellos había tres ejemplares puros de caracal y serval, especies protegidas procedentes de África y Asia, mientras que el resto eran productos de cruces con gatos domésticos.

En la operación fue detenida una pareja de ciudadanos rusos, responsables del criadero, e imputada una tercera persona, también de nacionalidad rusa, que presuntamente actuaba como intermediario en las ventas. Los animales quedaron intervenidos y fueron trasladados de forma provisional al zoo de sa Coma.

Uno de los felinos hallados en la finca de Ariany.

Uno de los felinos descubierto en el criadero clandestino. / Guardia Civil

Ahora las gestiones policiales se centran en el análisis de la abundante documentación intervenida en la casa de Ariany. El objetivo es determinar cuántos de los animales estarían protegidos por el convenio CITES, que regula la venta internacional de especies exóticas, y tratar de confirmar cómo fueron introducidos los servales y caracales en Mallorca. Las sospechas apuntan a que los trajeron de contrabando en un vehículo, procedentes de algunas de las granjas de Europa del este, probablemente cuando eran cachorros.

Los guardias civiles han constatado que los sospechosos obtenían grandes beneficios de la venta de estos animales. El alquiler de la finca de Ariany podría ser superior a los 3.000 euros al mes, a lo que habría que añadir la instalación de las jaulas y el mantenimiento de los animales. Los investigadores han confirmado que las crías híbridas de estos animales se vendían por 18.000 euros. Los agentes tratan de averiguar cuánto tiempo llevaba la pareja dedicándose a esta actividad y cuántos animales habrían vendido.

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