Tribunales
Piden dos años de cárcel a un guardia civil por acoso telefónico a un vecino
El agente está acusado de hostigar durante cuatro años a la víctima, dando sus números de teléfono en anuncios para que recibiera cientos de llamadas

El acusado, ayer durante el juicio celebrado en Palma. / M.O.I.
Un agente de la Guardia Civil de Mallorca se enfrenta a una petición de dos años de prisión por acosar telefónicamente durante años a un vecino suyo de Marratxí con el que estaba enemistado. Según la Fiscalía y la acusación particular, el acusado facilitó los números de teléfono de la víctima para que recibiera cientos de llamadas, tanto de bromas por teléfono como de empresas y particulares entre 2017 y 2021. ««Era horroroso, nos llamaban todos los días un montón de veces, al fijo y al móvil, a todas horas, incluso de madrugada. Nos ha causado mucho dolor», contaron el perjudicado y su mujer, representados por el abogado Toni Bennàssar, ayer en el juicio. El guardia civil negó estar detrás del acoso y aseguró que quién ha sufrido amenazas por parte del denunciante ha sido él. «No he hecho nada de todo esto», alegó.
Los dos implicados situaron el origen de su enemistad en el año 2015, a raíz de una discusión por el dinero que habían puesto para organizar unas fiestas populares. Ahí cortaron su relación y poco después comenzó el acoso. Alguien empezó a publicar anuncios en internet en su nombre y con sus números de teléfono para ofrecer productos y servicios y solicitar información. «Empecé a recibir llamadas de un montón de personas por un anuncio de repartidor. Luego pusieron mi casa en venta, me llamaban señores para sesiones de masajes y sexo, inmobiliarias, agencias de viajes, talleres... Eran a cualquier hora del día y de la noche. Mi vida era un calvario. Lo he pasado muy mal, estoy con psiquiatras», contó el perjudicado- Su mujer aseguró que fueron «centenares» las llamadas que recibieron hasta 2021. También sufrieron decenas de bromas telefónicas a través de aplicaciones de móvil, en las que les reclamaban deudas.
El hostigamiento cesó cuando el agente de la Guardia Civil acusado fue detenido por sus compañeros al descubrir que los anuncios se habían publicado desde su casa en Marratxí y desde la de su padre, en Madrid. Dos investigadores detallaron en el juicio las pesquisas que les llevaron hasta el acusado. Los peritos informáticos contratados por la defensa y por la acusación particular discreparon sobre la validez de la investigación.
El sospechoso, por su parte, negó todos los cargos y se presentó como una víctima del denunciante. «Era él el que venía a mi casa a amenazarme. Tengo la conciencia muy tranquila, soy inocente», proclamó.
El fiscal reclama un año y medio de prisión y 3.000 euros de indemnización, el perjudicado solicita dos años de cárcel y 6.000 euros y la defensa, la absolución.
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