Los tres últimos okupas abandonan el apartahotel de Cala Bona tras alcanzar un acuerdo y no ser denunciados
El propietario arremete contra el administrador del establecimiento hotelero cerrado: "Nos debe 241.000 euros"

Cruce de denuncias en la okupación de un apartahotel de Cala Bona cerrado por el fin de temporada turística
Los tres últimos okupas que permanecían en el interior del apartahotel Sol i Mar de Cala Bona han optado por desistir la tarde de este sábado en vista de que el cerco se estrechaba en torno a ellos. Tras alcanzar un acuerdo por el que no serían denunciados, han decidido recoger sus enseres y marcharse. Apenas 24 horas antes, un cuarto okupa había iniciado el camino al alcanzar otro trato bajo la promesa de no emprender acciones legales contra él.
Por su parte, la propiedad del apartahotel de Cala Bona, Apartamentos Sol i Mar SA, se ha desmarcado del administrador del establecimiento, Miquel Deyà, y le ha acusado de complicidad con dichos okupas. También han afirmado que se habría lucrado con ellos y que les adeuda una abultada suma de 241.000 euros.
De acuerdo con la apreciación de la propiedad, el administrador habría favorecido la llegada de estos okupas como una forma de extorsión a los dueños. De tal manera que se trataría de una manera de presionar para que supuestamente tuvieran que accediera a sus pretensiones. El dueño ha asegurado a este periódico que "Nos sentimos perjudicados. No pagaba el alquiler". También aseguran que Deyà habría incumplido los compromisos que alcanzó con ellos. "Nos dijo que iba a comprar la finca, a alquilarla y hacer obras. Pero no lo ha hecho, no ha pagado ni ha hecho las reformas", subraya el propietario.

Biel Capó
Desde el pasado mes de noviembre, una docena de okupas se han ido instalando en el apartahotel Sol i Mar de Cala Bona aprovechando que este se encontraba cerrado por el fin de la temporada turística. Estos moradores irregulares fueron instalándose allí de forma escalonada. No obstante la mayor parte llegó y se asentó en el establecimiento hotelero a principios de año.
Denuncias cruzadas
No obstante la okupación del apartahotel salió a relucir el miércoles de esta semana. El administrador, Miquel Deyà, se personó en el lugar y, supuestamente, decidió poner fin a la misma. Tras cambiar los bombines de las puertas, ocho de estos okupas se quedaron en el exterior y no pudieron entrar.
A partir de este momento, se produjo un cruce de denuncias. Mientras el administrador les acusaba de usurpación y de daños, los okupas interpusieron denuncias por coacciones, detención ilegal y allanamiento de morada. Muchas de estas denuncias fueron interpuestas ante la Guardia Civil y otras fueron formuladas en el juzgado de guardia en Manacor.
Además, la okupación del apartahotel ha soliviantado a todo el sector hotelero y la patronal de Mallorca. Así, la Federación Hotelera de Mallorca reclamaba" medidas efectivas" para evitar que hechos similares se pudieran repetir. También hacían constar que podría producirse un "efecto llamada". Mientras que Pimem calificaba lo ocurrido de "salvajada".
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