Cinco años y medio de cárcel por violar en Calvià a una chica a la que conoció por Tinder

La Audiencia Provincial ha condenado a cinco años y medio de cárcel a un joven por violar en Calvià a una chica a la que había conocido a través de Tinder. La sentencia señala que ambos mantuvieron relaciones sexuales consentidas y que cuando la víctima quiso finalizarlas, el hombre no se detuvo y siguió penetrándola. El tribunal detalla que ella «pidió de manera expresa y clara» al acusado que parara y que este «hizo caso omiso». El fallo le declara autor de un delito de abuso sexual con penetración y no de agresión sexual al aplicar la ley anterior a la del ‘solo sí es sí’. Además de la pena de prisión, le ordena indemnizar con 4.000 euros a la perjudicada.

Los hechos ocurrieron el 17 de junio de 2021. El procesado, un argentino que tenía entonces 25 años, estaba con unos amigos. A través de la aplicación de citas Tinder, contactaron con un grupo de chicas que pasaban unos días de vacaciones en Mallorca, celebrando que habían terminado sus estudios universitarios. Acordaron encontrarse en la playa de Santa Ponça. Tras pasar un rato allí, todos se dirigieron a un apartamento de la avenida Rey Jaume I, donde estaban alojadas las chicas, para seguir allí la fiesta.

Piden 10 años de cárcel por violar en Calvià a una joven a la que conoció en Tinder

Una vez en la vivienda y el acusado y una de las jóvenes se fueron a una de las habitaciones para mantener una relación sexual consentida, según declara probado la sentencia. «En un momento dado, [la víctima] decidió que no quería continuar, pidiendo de manera expresa y clara al procesado que parara la relación sexual iniciada», relata el fallo judicial. Los magistrados dan plena credibilidad al relato que ofreció la chica durante el juicio. «Le pedí que parara y no paró. No me dijo nada, no paró. Me bloqueé y no encontré la manera de salir de esa situación aunque yo quisiera. Me tenía sujeta, pillada por abajo. Estaba llorando y él me vio», narró en la vista oral la víctima. La sentencia considera acreditado que el acusado hizo caso omiso a la petición de la mujer y «continuó con la penetración sin contestar», sin que la chica pudiera reaccionar «al sufrir una situación de bloqueo». 

Lesiones

La perjudicada acudió aquel mismo día a Son Espases, donde se activó el protocolo para casos de agresión sexual. Los médicos comprobaron que presentaba hematomas y otras lesiones en la cadera, el pezón, el cuello, los glúteos y la vagina. Tras recibir la denuncia, la Guardia Civil abrió una investigación y en noviembre de aquel año detuvo al sospechoso, que fue puesto en libertad poco después. 

El caso quedó en manos de un juzgado de instrucción de Palma, que en los meses siguientes no consiguió localizar al acusado, por lo que acabó dictando en abril de 2023 una orden europea e internacional de búsqueda y captura. El juicio tuvo que ser aplazado y el hombre fue finalmente localizado y detenido en Argentina en marzo de 2024, tras lo que fue extraditado a España e ingresó en prisión preventiva. 

En el juicio, celebrado en octubre pasado en la Audiencia Provincial de Palma, negó los cargos. «En ningún momento me dijo que parara», afirmó sobre las acusaciones que pesaban sobre él. Sobre su huida a Argentina, alegó que un juzgado le había ordenado marcharse de España, aunque no existe ningún documento que acredite esta versión.

«Creíble y persistente»

La sala considera que la declaración de la víctima fue «creíble, persistente y corroborada» por otros elementos. Aunque dijo no recordar muchos detalles de lo ocurrido, se mostró firme sobre el consentimiento: «Lo que tengo claro es que aunque le dije que parase, no paró», afirmó.

La sentencia declara al acusado autor de un delito de abuso sexual con penetración, pese a que la Fiscalía le imputaba una agresión sexual por la que reclamaba 10 años de prisión. Los magistrados consideran que no ha quedado acreditado el uso de violencia por parte del procesado y explica que debe aplicar la ley anterior a la reforma del ‘solo sí es sí’, vigente cuando ocurrieron los hechos. Con una horquilla que va de cuatro a diez años de prisión, el tribunal impone al hombre una condena de cinco años y medio de cárcel y una indemnización para la víctima de 4.000 euros por los daños morales.