La Policía Local ha retirado más de 3.000 vehículos abandonados en las calles de Palma en los últimos cuatro años
Un equipo policial se dedica a controlar los coches que aparecen desechados en la vía publica
Recuerdan que el servicio de retirada de vehículos es gratis, pero si se abandona la factura puede superar los 1.500 euros
La Policía Local de Palma ha gestionado la retirada de 3.030 coches que fueron abandonados en las calles de la ciudad durante los últimos cuatro años. De ellos, una tercera parte estaban considerados «residuos urbanos», desechos destrozados tras un accidente o incendio, cuya presencia en la vía pública suponía un riesgo para los peatones. Según explica el agente del Departament de Trànsit de la Policía Biel Mercant, «tras la pandemia, en 2021, Palma se llenó de coches abandonados». Un fenómeno que obligó a la Policía Local a redoblar sus esfuerzos para localizar y retirar estos vehículos, hasta el extremo de que el depósito municipal de Son Oms se ha vaciado y vuelto a llenar varias veces.
El abandono de coches en la vía pública es un fenómeno sorprendente, desde el momento en que el Ayuntamiento ofrece un servicio gratuito de retirada de vehículos que se dan de baja, y si el titular renuncia solo debe pagar el 50% de los impuestos pendientes. También hay empresas de desguace que pagan una pequeña cantidad por estos coches y se encargan de retirarlo y gestionar el papeleo. En cambio, si el vehículo es abandonado en la calle, el propietario se enfrenta a una factura que puede superar los 1.500 euros. «¿Por qué se siguen abandonando coches?», se pregunta Mercant. «Es un misterio. En algunos casos pueden ser vehículos embargados o que tienen impuestos impagados, pero al final, si lo retiramos nosotros e identificamos al propietario, la cantidad que tendrá que pagar será muy superior».
Más de 1.500 coches en un año
La Policía Local divide estos coches en tres categorías: Vehículos Presuntamente Abandonados (VPA) son aquellos que se detecta que llevan mucho tiempo estacionados en el mismo lugar, sin ser utilizados; luego están los catalogados como Residuos Sólidos Urbanos (RSU), que son los que sufren desperfectos por un accidente o, por ejemplo, carecen de ruedas; y por último están los Residuos Sólidos Urbanos Agravados (RSUA), que serían los anteriores pero que, además, carecen de matrícula o número de bastidor, lo que dificulta identificar al propietario. Según las cifras facilitadas por la Policía, entre 2021 y finales de junio de 2024, han detectado en las calles de Palma 4.077 de estos vehículos, de los cuales 3.030 fueron finalmente retirados por los servicios municipales. En 2021 se retiraron 165 vehículos. La cifra se disparó en 2022, con 1.511 coches retirados. El año pasado fueron 840 y este año, hasta el 30 de junio, se habían retirado de las calles de Palma 514 vehículos abandonados.
«En 2021, tras la pandemia, Palma se llenó de coches abandonados», comenta Biel Mercant, miembro de un grupo especial de la Policía Local que se dedica a combatir este fenómeno. El año anterior se había cerrado el depósito municipal de Son Toells tras detectarse un grave problema de contaminación. Cuando en 2022 se abrió el nuevo depósito en Son Oms, con capacidad para 450 vehículos, se vació y se volvió a llenar tres veces. «Si a los dos meses de haber retirado un vehículo de la calle no lo reclama nadie, se desguaza». Los policías que trabajan en este grupo han llegado a encontrar coches que llevaban cinco años aparcados en el mismo sitio.
Los agentes de la Policía Local el que componen el equipo de retirada de vehículos abandonados salen a patrullar cada día en busca de coches que tengan síntomas de abandono. Reciben información del resto de policías, personal de Emaya o simplemente de vecinos. Se comprueba si el vehículo está denunciado como sustraído, se intenta contactar con el propietario y se le coloca una pegatina solicitando que sea retirado. Al mismo tiempo, se envía una notificación al dueño alertándole de que su coche está denunciado como abandonado. Si no es retirado en dos meses se traslada en grúa a un depósito, y en caso de no ser reclamado, se lleva al desguace.
Si durante el proceso se contacta con el titular y acepta renunciar al coche, la retirada es gratuita. En caso contrario, el dueño se enfrentará a una factura que puede superar los 1.500 euros.
La mayoría de los abandonos de coches se dan en los polígonos, sobre todo Can Valero, Son Castelló o el Polígono de Levante. En muchos casos estos vehículos sufren un deterioro paulatino: primero les quitan las ruedas y otros elementos, y muchos aparecen quemados.
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