El piloto del yate de Cala Bona regresó a Alemania tras comparecer ante la Guardia Civil

El hombre había estado localizado toda la semana por la Benemérita y se presentó en la Comandancia cuando fue citado

El yate La luna, atracado en Porto Cristo.

El yate La luna, atracado en Porto Cristo. / Biel Capó

Xavier Peris

Xavier Peris

Dennis Viehof, el ciudadano alemán de 35 años imputado por homicidio imprudente tras el accidente náutico que se cobró la vida del joven Guillem Comamala el viernes de la pasada semana en aguas de Cala Bona (Son Servera), regresó a su país tras comparecer el pasado miércoles en la Comandancia de la Guardia Civil de Palma. Fuentes cercanas al investigado recalcaron que sobre él no se ha dictado ninguna medida cautelar y que ha colaborado en todo momento con los investigadores.

El accidente ocurrió el viernes de la semana pasada en Cala Bona. El lujoso yate 'La luna', pilotado presuntamente por Dennis Viehof, golpeó una barca en la que Guillem Comamala estaba pescando con dos familiares. El joven cayó al agua y fue alcanzado por las hélices del yate, que le causaron la muerte. Tras el accidente el 'La luna' prosiguió su marcha hacia el puerto de Porto Cristo, donde atracó esa noche.

Los agentes del Servicio Marítimo de la Guardia Civil, que se encargaron de la investigación del accidente, localizaron el yate al día siguiente. Dennis Viehof estuvo presente en la inspección que realizaron y facilitó la documentación que le requirieron. Tras estas primeras diligencias, el hombre quedó libre y ha permanecido localizado en todo momento por la Guardia Civil. Los investigadores le citaron finalmente para que compareciera el pasado jueves por la mañana en la Comandancia de Palma.

El ciudadano alemán se presentó allí acompañado por su abogado, el penalista Fernando Mateas. Se acogió a su derecho a no declarar y se le informó de que estaba siendo investigado como presunto autor de un delito de homicidio por imprudencia, y que deberá comparecer de nuevo cuando sea citado por el juzgado de instrucción de Manacor que se encarga del caso. Finalizada su comparecencia, el hombre regresó a su país.

Fuentes cercanas al investigado explicaban que había quedado "desolado" tras conocer la noticia de la muerte del joven. Los pasajeros que iban en el barco, dos hombres y tres mujeres, ya han prestado declaración como testigos ante los invesigadores. Coinciden en que ninguno de ellos se percató de la presencia de la barca de Guillem Comamala, ni antes ni después del accidente. También explicaron que, aunque habían bebido alcohol aquella tarde, no iban borrachos.

Los testigos negaron que hubieran tratado de ocultar nada tras el accidente. A su llegada al puerto de Porto Cristo se fueron a cenar, y al día siguiente tenían prevista otra jornada de navegación en el yate. Explicaron que fue al día siguiente, cuando fueron informados por la Guardia Civil, cuando tuvieron conocimiento por primera vez de la colisión con la barca en Cala Bona.

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