El fiscal superior de Baleares, Julio Cano, ha pedido esta mañana perdón por el fallo en el juicio del anciano de Porreres, que la semana pasada fue declarado culpable por el jurado popular de un delito de homicidio, aunque cometido en una situación de miedo.
Cano ha confirmado que el fiscal del caso, Adrián Massanet, ha solicitado formalmente a la magistrada que presidió el juicio la nulidad del proceso y ha reclamado que se repita el juicio, con distinto jurado. El fiscal superior señaló que en ocasiones este tipo de fallos se cometen en la administración judicial, pero resaltó que por fortuna se ha detectado. El fallo está en que el jurado dictó un veredicto de culpabilidad con solo cinco votos a favor, cuando la ley exige un mínimo de siete votos.
El fiscal señaló que “nadie se dio cuenta del error” en la lectura del veredicto, ni la acusación, tampoco el resto de abogados defensores. Este error se detectó después, por lo que se ha solicitado la nulidad del juicio y su repetición.
Señaló también que desconoce qué hará la magistrada ante esta petición de nulidad, a la que se han sumado tanto Pau Rigo como el resto de condenados, pero el fiscal Cano quiso destacar la “gran profesionalidad” de la jueza que ha presidido el juicio con jurado.
No se quiso pronunciar sobre un hipotético apoyo a la petición de indulto a favor de Rigo en el caso de que, en el próximo juicio, también se dicte un veredicto idéntico al que llegó este primer jurado.
En estos momentos se da prácticamente por seguro que el juicio contra el anciano de Porreres que disparó y mató a un ladrón que asalto su domicilio, tenga que repetirse. Hasta ahora no existía ningún precedente en el que todas las partes, es decir, acusaciones y defensas, coincidieran en señalar que el veredicto del jurado es irregular, por cuanto no alcanza el número mínimo de votos para determinar la culpabilidad de Pau Rigo. Tanto la fiscalía, como los abogados, consideran que los errores que se han cometido no se pueden resolver y, por tanto, la situación aboca a que se repita el juicio. Si así fuese, se convocaría a un nuevo jurado popular y se nombraría a un nuevo magistrado. Sin embargo, ello no impediría que la fiscalía continuara acusando a Rigo de un delito de un delito de homicidio, aunque teniendo en cuenta la eximente incompleta de legítima defensa. El fiscal ha venido solicitando para el acusado una condena de tres años y nueve meses de prisión, que en el caso de que se aceptara esta petición, supondría que el anciano de Porreres tendría que ingresar en la cárcel. Además, tendría que indemnizar a los padres del joven al que mató. El jurado que alcanzó este polémico veredicto se inclinó por la versión que vino manteniendo la fiscal sobre esta polémica muerte. La fiscalía contemplaba que no existía el peligro real que describió Pau Rigo y que le llevó a disparar contra el asaltante. Mantiene que había otras alternativas posibles en aquella complicada situación, pero que es cierto que el dueño de la casa disparó porque tenía miedo, sobre todo porque tres meses antes ya habían asaltado su casa y le habían amenazado de muerte. La acusación tampoco ha dado validez a la versión de Rigo, que señaló que disparó sobre el ladrón porque éste se abalanzaba sobre él. Es cierto que no se ha podido concretar la distancia del disparo entre Rigo y el fallecido, pero en cualquier caso en el juicio quedó claro que no se accionó la escopeta (que el anciano tenía cargada en su habitación) a quemarropa.
Los expertos, sin ser tampoco concluyentes, han señalado que la distancia mínima del disparo fue de un metro y medio, lo que explicaría las lesiones mortales que padeció el asaltante.
El jurado consideró probado que Rigo fue culpable de causar la muerte de Mauricio Escobar estando sometido a una amenaza real, “seria e inminente que produjo una afectación grave de su entendimiento y una deficitaria dominación de su voluntad”. Es decir, actuó condicionado por el violento atraco que había sufrido semanas antes, que le ocasionó una “grave perturbación psíquica” provocada por el temor que le ocasionó el asaltante. En este robo el delincuente le amenazó con un arma y lo dejó atado con bridas en una habitación. Pero que además de robarle el teléfono móvil, el delincuente le dijo que atacaría a sus nietos. Por ello, Pau Rigo nunca denunció el robo.
Los ciudadanos que han dictado este polémico veredicto tampoco han pretendido que Rigo ingrese en prisión por esta muerte. Para ello recurrieron a la figura del indulto. En el veredicto se propuso que se le conceda esta medida de gracia, que en el caso de ser aceptada, impediría el ingreso en prisión del autor de esta muerte cometida en Porreres.
Rigo, de momento, ha cambiado de abogado y ha contratado al letrado Jaime Campaner para que le defienda en este segundo juicio.