Juicio al médico y al anestesista por una liposucción mortal en Palma

El fiscal pide tres años de prisión para cada uno de los dos facultativos procesados

El médico y el anestesista que realizaron la liposucción mortal acuden a declarar en los Juzgados.

El médico y el anestesista que realizaron la liposucción mortal acuden a declarar en los Juzgados. / B.RAMON

Lorenzo Marina

Lorenzo Marina

«Absoluta omisión del cuidado exigible», «un comportamiento descuidado» en la que presuntamente actuaron «de manera negligente». De esta forma el fiscal califica la praxis que utilizaron un médico y el anestesista en el transcurso de una intervención de liposucción que derivó en la muerte de la paciente Fátima Cherkaoui, de 45 años.

Los dos facultativos se sentarán a partir del próximo miércoles en el banquillo de los acusados de en el Juzgado de lo Penal número tres de Palma para responder de una acusación de un presunto delito de homicidio imprudente. El ministerio público solicita para cada uno de ellos una pena de tres años de prisión y que indemnicen a los hijos de la fallecida con la suma de 240.000 euros.

Por su parte, la Asociación de Víctimas de Negligencias Sanitarias (Avinesa), que ejerce la acusación particular a través del abogado Rafael Martín Bueno, solicita para cada uno de los dos encausados una pena de cuatro años de prisión por los presuntos delitos de homicidio imprudente y omisión del deber de socorro. Este considera que no hay explicación para que los facultativos tardaran más de una hora en pedir la asistencia de una ambulancia del 061. También eleva la indemnización para los hijos de la fallecida a medio millón de euros.

La intervención, con anestesia general, se inició sobre las once de la mañana del 6 de marzo de 2017 en el Centro Policlínico Quirúrgico, situado en el número 12 de la calle 31 de Diciembre de Palma. Fátima Cherkaoui abonó la suma de 7.000 euros por una operación de lipoescultura de abdomen, pubis y espalda.

En primer término el médico inyectó a la paciente 4.000 mililitros de solución Klein. Este producto se utiliza para facilitar la aspiración de la grasa en este tipo de intervenciones.

Sin embargo este comportamiento «negligente» del médico y del anestesista, según el fiscal, no tardó en aparecer. En total le extrajeron 4.550 mililitros de grasa y líquido. Pero le dejaron 2.450 mililitros en el abdomen.

Sobre las cuatro de la tarde, los facultativos se disponían a realizar la segunda operación. Entonces le dieron la vuelta a la paciente con todo ese líquido dentro cuando aún no se le habían cerrado las heridas ni se le había aplicado vendaje compresivo.

Pérdida masiva de sangre

La presión del cuerpo sobre el abdomen hizo que le entrara en el torrente sanguíneo la grasa extraída, que aún no había sido aspirada. Esta acción desencadenó «un taponamiento masivo» de los vasos sanguíneos más pequeños y los capilares de los pulmones. La paciente entró en parada cardiorrespiratoria.

El médico y el anestesista lograron revertir dicha parada cardiorrespiratoria. Sin embargo uno de los principales interrogantes que se plantea en el caso es la demora de más de una hora en avisar al 061. Solo tomaron esta decisión a partir de las cinco de la tarde. Tanto el fiscal como la acusación particular coinciden en que Fátima tenía que ser ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos.

Cuando la ambulancia llegó a la clínica, Fátima Cherkaoui estaba fría, pálida, hipotensa y con múltiples orificios en la superficie cutánea. La paciente no logró remontar esta situación y falleció al día siguiente en Son Espases por un shock hipovolémico, debido a la pérdida masiva de sangre.