Agresiones sexuales en un centro de menores en los años 80

El comité de empresa de Nazaret lamenta las violaciones a niños en los años ochenta y el estigma a los menores tutelados en la actualidad

"Debemos ser capaces de hacer visibles y denunciar estos abusos sin que eso aumente el dolor que padece la infancia tutelada"

Instalaciones del centro de menores Nazaret, en Palma.

Instalaciones del centro de menores Nazaret, en Palma. / B.RAMON

Xavier Peris

Xavier Peris

El comité de empresa de la Fundación Nazaret de Palma ha hecho público un comunicado en el que expresa su "máxima preocupación" por las denuncias que refieren que decenas de niños sufrieron agresiones sexuales por parte de un monitor durante los años ochenta y por los efectos que estas informaciones pueden tener en los menores ingresados en el centro en la actualidad. "Entre todos deberíamos ser capaces de encontrar la manera de hacer visibles y denunciar cualquier abuso o delito sin que eso aumentara el dolor que sufre la infancia tutelada", dice el texto de los trabajadores.

El comunicado destaca que el modelo actual de la fundación "trabaja y sigue escrupulosamente todoas las normativas, inspecciones y auditorías vigentes para asegurar que no se no se haga nada en perjuicio de las personas menores residentes en los servicios de acogida de la fundación". También añade que todos los trabajadores cumplimos con todos los requisitos que nos exigen las administraciones públicas (...) luchando siempre para ofrecer la mejor atención a la infancia vulnerable".

Los trabajadores de Nazaret insisten en que" acabar con las situaciones de abuso a personas vulnerables es uno de nuestros objetivos y nos consta que desde la dirección de la fundación se ha ofrecido toda la ayuda para aclarar lo sucedido y que se haga justicia y se repare en la medida de los posible todo el dolor que se pudo causar".

El comité de empresa también muestra su "apoyo a cualquier persona que haya padecido abusos en épocas pasadas, y su decisión de impedir que ni ahora ni en el futuro se pueda repetir ninguna negligencia, abuso o situaciones que provoquen dolor".

Por otro lado, los trabajadores de la fundación muestran también su preocupación por el estigma que estas informaciones pueden provocar en los menores que actualmente residen en el centro. "No les ayuda el mensaje de que la sociedad los percibe como personas que son víctimas en el centro donde residen", dicen. Por ello reclaman un esfuerzo para "no hacer más patente este estigma que les persigue".