La familia del legionario mallorquín muerto en unas maniobras en Alicante pide 34 años de prisión para el sargento por asesinato

La acusación particular solicita elevadas penas de cárcel para el suboficial y tres oficiales que serán juzgados a partir la semana que viene por la muerte de Alejandro Jiménez Cruz, fallecido en 2019 durante unas maniobras en Alicante

Recreación del disparo en el campo de maniobras de Agost realizada por la Guardia Civil. | DM

Recreación del disparo en el campo de maniobras de Agost realizada por la Guardia Civil. | DM / xavier peris. palma

Xavier Peris

Xavier Peris

La acusación particular, que representa a la familia de Alejandro Jiménez Cruz, el joven legionario mallorquín de 21 años que falleció en 2019 tras recibir un disparo durante unas maniobras militares en el campo de Agost, en Alicante, eleva notablemente la petición de penas al sargento y los oficiales que serán juzgados a partir del próximo martes en el Juzgado Militar de Sevilla.

Para el sargento S.A.G.P., que según la Guardia Civil fue quien disparó el proyectil que le causó la muerte, solicita un total de 34 años de cárcel por los delitos de asesinato, abuso de autoridad y obstrucción a la justicia. El capitán A.C.R., que presuntamente ordenó a sus hombres que manipularan la escena y mintieran a la Guardia Civil, se enfrenta a una condena de ocho años de cárcel por deslealtad, encubrimiento y desobediencia a la autoridad. Para uno de los tenientes, P.F.S, que supuestamente permitió que el sargento disparara en contra de las intrucciones recibidas, pide 29 años por asesinato, abuso de autoridad, delito contra los deberes del mando, deslealtad y desobediencia a la autoridad. El otro teniente que participó en las maniobras, R.G.B., está acusado de deslealtad y un delito contra la eficacia del servicio, por los que reclaman cuatro años y medio de cárcel.

El escrito de la acusación particular que ha presentado la familia del joven fallecido, representada por el abogado Alfonso Nieto, realiza un relato minucioso de los hechos ocurridos la tarde del 25 de marzo de 2019 a partir de la investigación desarrollada por la Guardia Civil. Según este escrito, antes de las maniobras el capitán dio instrucciones a sus tenientes de que los dos pelotones debían alternar su participación, de manera que no dispararan a la vez, y los sargentos debían «ir fuera de tema, observando y corrigiendo posiciones». Tras dar estas instrucciones, el capitán se marchó del campo de maniobras.

Sus órdenes no fueron atendidas. Los tenientes decidieron realizar el ejercicio de forma simultánea y uno de ellos autorizó a los sargentos a que abrieran fuego durante las maniobras.

Alejandro Jiménez Cruz. | DM

Alejandro Jiménez Cruz. | DM / xavier peris. palma

Cuando estaba a punto de terminar el ejercicio el legionario Alejandro Jiménez caía abatido por un disparo, que según los expertos en balística de la Guardia Civil salió del fusil de su propio sargento. El joven falleció en la ambulancia poco después.

Según prosigue el escrito de acusación, tras ser informado por teléfono de lo ocurrido, el capitán ordenó que recogieran el material empleado y las vainas del campo de tiro, lo que provocó una grave alteración de la escena. Esa noche reunió a su cuadro de mando y les ordenó que dijeran que él estaba presente durante el ejercicio. A la mañana siguiente ordenó a sus hombres que traspasaran el precinto que había dejado la Guardia Civil para realizar una reconstrucción de lo ocurrido. Al finalizar les dijo: «¡Decid absolutamente la verdad, pero no digáis que consolidasteis a vuestro pelotón arriba. Decid que estabais cuatro o cinco metros más abajo!». Los soldados lo hicieron así durante la recreación realizada poco después ante la Guardia Civil.

Esa misma tarde, el teniente F.S. negó a la Guardia Civil que él o los sargentos hubieran disparado en el campo de tiro. Posteriormente el sargento supuestamente insultó a un soldado al sospechar que había revelado los cambios que hicieron en la reconstrucción ante los investigadores.

El relato de los hechos es muy similar al que realiza el fiscal, aunque acusa al sargento de delitos contra la eficacia del servicio obstrucción a la justicia y abuso de autoridad, por los que pide siete años de prisión. Al capitán de deslealtad, desobediencia a la autoridad y encubrimiento, por los que pide cuatro años y medio. Y a los teniente de deslealtad y contra la eficacia del servicio, por los que pide cuatro años y medio y dos años y medio.

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