El técnico de ambulancia agredido en Ibiza, sin atención psicológica

Su mujer se lamenta de que la empresa para la que trabaja no se haya puesto en contacto con ellos para ver cómo están

Toni González, tras ser operado de la nariz.

Toni González, tras ser operado de la nariz. / Facebook

V.C.

El técnico de ambulancias, Toni González, agredido brutalmente por un paciente con un trastorno mental en Ibiza, aún no ha recibido atención psicológica. Así lo ha denunciado su mujer, Sharon Hodges, que está usando las redes sociales para que los hechos ocurridos a su pareja no caigan en el olvido.

"Estoy muy muy muy cansada de GSAIB", la empresa donde trabaja su marido, explica Hodges, ya que, según su testimonio "no han puesto más que pegas" desde que agredieron a su esposo.

Según Hodges, una jefa de la empresa ha asegurado que su marido se negó a ir a ver a un psicólogo. Además, la esposa del sanitario agredido lamenta que no se haya puesto en contacto con ellos para ver cómo se encuentran, como "mínimo". Sharon Hodges ha explicado que su esposo se ha operado de la nariz usando su seguro privado porque la empresa no les ha prestado atención.

"No hay psicólogos disponibles, según la mutua", relata Hodges a continuación. Este miércoles se pusieron en contacto con él desde la mutua para decirle que le llamarán la semana que viene para concertar cita si hay y que recurran a su seguro privado, se lamenta Hodges, quien indica que parece que los empleados del 061 "son los últimos en la cola". "¿Y si no tuviéramos seguro privado, mi marido seguiría con la nariz fracturada?", se pregunta la esposa del agredido.

La mujer insta a la empresa a que les ayude y que revise el protocolo de actuación ante un paciente "agitado" y de agresión a un sanitario y le pregunta si se siguió en el caso de su marido. "Sabes que no", contesta ella misma. "Hasta que no agredan y fallezca un sanitario no van a reconocer su fallos", asegura Hodges.

Finalmente, Hodges insta a la empresa a reaccionar ahora que está a tiempo y a que la llame y oiga cómo su hija de seis años dice que "le da miedo mirar la cara de su padre". Hace unos días, la familia solicitaba a través de las redes sociales un abogado para que los hechos no queden impunes.

El fatídico día

González llevaba tres días reincorporado a su puesto en la UVI móvil de Sant Antoni, tras otra agresión, cuando, sobre las seis y cuarto de la tarde del día 23 de diciembre, tuvo que movilizarse a un domicilio.

Los familiares de un enfermo mental de 44 años habían llamado a la centralita del 061 para reclamar asistencia. Tal y como marca el protocolo en los casos de pacientes psiquiátricos, la ambulancia debe estar asistida por la policía. Pero no fue así tal y como relató a este medio González.

Al recibir el servicio, González preguntó por la presencia de agentes. «Me dicen que la policía no va porque está tranquilo el paciente», explicó González. Llegó con la ambulancia al domicilio, en el centro de Sant Antoni, junto a la médica y la doctora.

La enfermera y la doctora subieron hacia el segundo piso desde el que les habían reclamado asistencia y él decidió acompañarles. Allí se encontraban los padres, ambos mayores de 80 años, y una mujer que, por la edad, González cree que era la hermana del paciente. Una familia local, de Sant Antoni de toda la vida. Les comentaron que el enfermo llevaba mucho tiempo sin tomar su tratamiento y se encontraba extraño. No lo veían en la sala.

«De repente apareció de una habitación exaltado. Soltó una patada en la cara a la doctora e iba agredirla más», explica aún con el miedo en la mirada. Para proteger a la médica, se arrojó sobre el agresor y cayó sobre él, en el suelo. A pesar de tratar de sostenerlo, el paciente le iba dando patadas y puñetazos. Las dos sanitarias escaparon a la calle para pedir ayuda. Pese a la edad, los padres se sumaron y empezaron a darle patadas. Durante la paliza, no recuerda si la otra mujer de la familia estaba presente o se ocultó. En cualquier caso, «no hizo nada por ayudar».