El Torrent de l’Assarell, en Pollença, está considerado un lugar accesible entre los aficionados al barranquismo, pero el lunes se convirtió en una trampa. Luis París Musolas, de 37 años; Martín Prado Mestre, de 27, y Marina Cuevas Jurado, de 29, estaban en su tramo final, cuando el barranco discurre encajonado entre paredes verticales, cuando se vieron sorprendidos por un brusco aumento del caudal tras las intensas lluvias en la zona. La mujer no pudo sujetarse en el pasamanos que habían instalado antes del último salto, y fue arrastrada corriente abajo hasta una poza, donde se pudo subir a una roca y desde allí avisar al 112. Sus dos compañeros quedaron en la parte superior y ya no volvió a verles. Horas después la Guardia Civil encontró sus cadáveres a escasa distancia, corriente arriba. Según explicó Sergio Lamas, uno de los guardias que participó en el rescate, «estaban en el peor lugar en el peor momento».

Así fue la operación de rescate de los barranquistas en el torrente de l'Assarell

Así fue la operación de rescate de los barranquistas en el torrente de l'Assarell Guardia Civil

La mujer superviviente escribió ayer una emotiva carta de despedida en una red social de sus compañeros, uno de ellos su pareja, en la que relataba lo ocurrido. «A mí me ha salvado Luis, hasta en el último suspiro de desesperación, sacándome de una cascada mortal y luego, sin separarse de Martín en ningún momento, tirándome la mochila de barranco con el teléfono con el que he podido activar al 112. Pero no han podido hacer nada por ellos y los han encontrado como nunca nos gustaría que nos dijeran que se encuentra a alguien al que quieres», relataba la mujer. «Dos grandes estrellas brillarán ahora en el cielo... Luis, siempre serás el amor de mi vida», concluye.

Según informa la Guardia Civil y los Bombers de Mallorca, el 112 dio el aviso sobre las cuatro de la tarde del lunes. Se había recibido la llamada de la mujer, que pedía ayuda desde el Torrent de l’Assarell, en Pollença. Decía que el barranco se había desbordado y que sus dos compañeros se encontraban bajo una cascada.

De inmediato se puso en marcha un operativo de rescate coordinado. El helicóptero de la Guardia Civil, con dos miembros del Grupo de Rescate de Montaña (GREIM), se dirigió a la parte baja del torrente para remontarlo, mientras que un equipo de rescatistas de los Bombers de Mallorca descendía al barranco desde la parte superior. Sobre las seis de la tarde los guardias civiles localizaron a la mujer subida a una roca. Tenía contusiones, pero se encontraba en buen estado.

El vídeo del torrente de Pollença donde han muerto dos barranquistas de 28 y 37 años

El vídeo del torrente de Pollença donde han muerto dos barranquistas de 28 y 37 años Redacción Sucesos

Tras ponerla a salvo, guardias civiles y bomberos siguieron inspeccionando el torrente, en condiciones muy difíciles por la tran cantidad de agua que bajaba y la caída de la noche. El helicóptero de la Guardia Civil remontó hasta el lugar por el que bajaban ya los bomberos, así que hubo que volver a repasar el cauce. «Poza a poza», según relata Sergio Lamas, uno de los guardias que participó en la operación. Sobre las ocho de la noche vieron algo en una de ellas, pero tuvieron muchas dificultades para entrar por la corriente. Confirmaron entonces que eran los cadáveres de los dos hombres.

El guardia civil Lamas incide en la desgracia que tuvo el griupo grupo. «En la cabecera lo vieron factible, pero se vieron sorprendidos por la acometida del agua en el tramo final, cuando el cauce se estrecha entre dos paredes, sin escapatoria».

El presidente de la Federación: «Todo lo que podía salir mal, salió mal»

Los expertos consultados ayer apuntaban a una conjunción de circunstancias adversas para explicar el accidente del lunes. Según comenta el presidente de la Federación Balear de Montañismo, Xisco Fanals, el Torrent de l’Assarell es muy largo, dos kilómetros y medio, pero en condiciones normales está considerado de dificultad baja. «Sin embargo, en condiciones extraordinarias puede convertirse en un infierno», advierte.

Fanals explica que el torrente tiene una cuenca de recepción grande y se colapsa rápidamente. A partir de un determinado punto el caudal sube rápidamente. «Si esto te ocurre en uno de los pasos estrechos puede ser muy peligroso», apunta. Y es justo lo que les pasó a los tres barranquistas, que se vieron sorprendidos por la acometida del agua en un cañón, entre paredes verticales y sin salida por los lados. «Estaban a punto de acabar, y si les pasa un poco antes, podrían haber salido por los lados. Pero todo lo que podía salir mal, salió mal».

El guardia civil del GREIM Sergio Lamas, que participó en el rescate, coincidió en esta valoración. «Cuando empezaron el descenso por la mañana comprobaron el caudal y lo vieron factible, pero siguió lloviendo y se vieron sorprendidos por la subida súbita de la corriente en el punto más problemático. Estaban en el peor lugar en el peor momento».