Las tormentas con rayos como la que el pasado jueves costó la vida a dos turistas en la playa de Cala Mesquida, en Capdepera, "serán cada vez más frecuentes e intensas en Mallorca", según explica el portavoz adjunto de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Balears, Bernat Amengual. El aumento de las temperaturas, que este verano han batido récords en las islas, y el calentamiento del agua del mar "propicia este tipo de fenómenos", expone. La tormenta que se generó a primera hora de la tarde del jueves en la zona noreste de Mallorca dejó 275 rayos y registros de hasta 26 litros por metro cuadrado en apenas 30 minutos. 

Amengual detalla que se produjo una "tormenta de evolución", generada a partir de las de horas centrales del día, "cuando la temperatura llega a cierto valor y hay condiciones de inestabilidad atmosférica". Estas tormentas pueden formarse en cualquier lugar, pero son más probables en el interior de Mallorca, "porque es la zona donde hay más calentamiento y el aire empieza a subir antes", señala el portavoz de la Aemet. El jueves, sin embargo, el viento de componente sur desplazó la tormenta hacia la zona noreste de la isla, donde descargó con fuerza. Duncan Wingen, el hombre del tiempo de Diario de Mallorca, precisa que en el centro de Mallorca se produce en estos casos un "choque de brisas", una procedente de la bahía de Palma y otra de la zona de Alcúdia. La montañosa orografía de la zona de Artà y Capdepera es "la combinación perfecta" para que se produzcan allí intensas tormentas, explica.

En la playa de Cala Mesquida, en Capdepera, la tormenta sorprendió a un grupo de bañistas. Un rayo alcanzó a dos de ellos. Ambos eran turistas -un alemán de 51 años y un suizo de 65- y murieron allí mismo por las graves lesiones sufridas pese a los esfuerzos de los servicios de emergencias. En Manacor, la caída de otro rayo destruyó el techo y la primera planta de una vivienda situada en el camino de ses Cases Noves. En este caso no hubo que lamentar víctimas. El domicilio, que quedó inhabitable, es la segunda residencia de un anciano que no se encontraba allí cuando ocurrieron los hechos.

La Aemet registró en la zona noreste de Mallorca la caída de 275 rayos en solo tres horas. En algunos puntos, la tormenta provocó fuertes aguaceros, como en Son Carrió, donde se recogieron 26 litros por metro cuadrado en apenas 30 minutos. En Son Servera cayeron 17 litros y en la Colònia de Sant Pere, 13.

Amengual advierte que este tipo de tormentas serán cada vez "más frecuentes e intensas" en Mallorca debido al calentamiento global. "Las temperaturas son cada año más altas en verano y es más fácil que se formen tormentas", señala. De hecho, la Aemet prevé que hoy mismo puedan producirse situaciones similares en la zona noreste de la isla, mientras el sábado podrían afectar con más probabilidad al interior de la isla. Wingen coincide en que los estudios apuntan a una mayor probabilidad de que se formen tormentas en la zona del Mediterráneo, aunque "no se sabe de qué tipo".

Recomendaciones ante tormentas con rayos

Los servicios de emergencias recomiendan ante una tormenta con rayos evitar las zonas al aire libre. La dirección general de Protección Civil y Emergencias del ministerio del Interior pide buscar un lugar donde cobijarse, como un coche o un edificio, y no permanecer en lugares muy abiertos. También hay que evitar acercarse a vallas, alambradas, vías de tren y otros objetos metálicos. Tampoco hay que refugiarse debajo de árboles, especialmente si están aislados o son los más altos de la zona. En caso de ir conduciendo, Protección Civil señala que un vehículo cerrado es "un buen refugio" y que no hay que detener la marcha en lugares donde pueda discurrir gran cantidad de agua.

Marian Centeno, técnica de la dirección general de Emergencias del Govern balear, explica que en caso de encontrarse en una playa hay que "sentarse encima de algo que esté seco, como una mochila, porque la humedad favorece la conductividad" Además, ante un impacto de un rayo las quemaduras pueden agravarse si estamos en un entorno húmedo, por lo que "bajo ningún concepto" hay que meterse en el mar. Los grupos de personas deben dispersarse y situarse a varios metros de distancia para "evitar que se transmitan la corriente unos a otros". Centeno señala que en otros entornos, como un bosque, es conveniente colocarse de cuclillas como posición de seguridad y bajo un árbol bajo para que el resto actúen como pararrayos.