Salvador Llinás, el empresario mallorquín que se fugó a Paraguay en el año 2009, tras ser denunciado por estafa, finalmente será juzgado la próxima semana en la Audiencia de Palma. La fiscalía le reclama una condena de seis años de prisión por un delito continuado de estafa.

Los hechos se sitúan en el año 2005. El empresario se aprovechó de la amistad con un amigo para que este le prestara 740.000 euros, que se iban a invertir en unos fondos que iban a generar muchos beneficios.

Otros dos inversores le prestaron también otros 100.000 euros a Llinás. El dinero nunca se invirtió, ni tampoco se recuperó.