El exprior de Lluc y expárroco de la iglesia de Sant Sebastià Gaspar Alemany negó ayer en el juicio haber abusado sexualmente de un monaguillo, un joven de 23 años con discapacidad psíquica. El denunciante, por su parte, insistió en que el religioso lo manoseó en la parroquia palmesana. Al concluir la vista, celebrada a puerta cerrada sin la presencia de público ni periodistas, la fiscal mantuvo su petición de un año y tres meses de prisión para el religioso, mientras la víctima, que ejerce la acusación particular a través del abogado Pau Cruelles, reclamó dos años y medio de cárcel y la defensa, la absolución.

El acusado y el denunciante coincidieron en que el 7 de julio de 2020 se encontraron en la casa parroquial de Sant Sebastià, pero ofrecieron versiones muy diferentes de lo ocurrido. El joven, que tiene una discapacidad reconocida del 33 por ciento por inteligencia límite, ratificó que el religioso lo manoseó, explicaron fuentes jurídicas. En su declaración judicial, el monaguillo contó que ambos se sentaron en un sofá y que Alemany le puso las piernas encima e intentó tocarle los genitales con los pies. También insistió en que le acarició las manos y le propuso darle un masaje, tras lo que le metió la mano por el pantalón. El joven explicó que se sintió muy incómodo y acabó marchándose con la excusa de que había quedado con una amiga.

Porno en el ordenador

El denunciante explicó que ese mismo día, por la mañana, Alemany le pidió que fuera a la sacristía a recoger un libro. Cuando lo hizo, descubrió imágenes pornográficas en la pantalla del ordenador. El joven declaró ayer que quizá se trataba de un anuncio y no de una página web como tal, como indicó en un principio.

Las mismas fuentes explicaron que Alemany, de 67 años, admitió haber estado con el chico a solas en la casa parroquial de Sant Sebastià pero negó haber tenido ningún comportamiento sexual con él. Según contó, se citó con él porque quería conocerlo mejor, ya que llevaba poco tiempo en la parroquia. El hombre contó que le invitó a una cerveza sin alcohol y charló con él, y descartó tajantemente haber abusado de él. Respecto a las imágenes pornográficas en el ordenador de la sacristía, Alemany dijo no saber nada de ellas. Según su versión, apenas tiene conocimientos de informática y jamás ha accedido a este tipo de páginas web.

En el juicio declaró también una médico forense, quien explicó la discapacidad del denunciante y concluyó que esta no le impide recordar con detalle sus vivencias. Otro perito citado por la defensa, en cambio, declaró en sentido contrario y puso en duda la credibilidad de su relato. 

También compareció en la vista el vicario general de la Diócesis de Mallorca y juez del Tribunal Eclesiástico, Josep Adrover. El caso de presuntos abusos sexuales llegó primero a oídos del Obispado, que presentó finalmente una denuncia y apartó a Alemany.

Al concluir el juicio, la fiscal mantuvo su petición de un año y tres meses de cárcel para el religioso por un delito de abuso sexual. La acusación particular, por su parte, solicitó una pena de dos años y medio de cárcel mientras el abogado defensor reclamó la absolución al entender que los hechos no han quedado probados.