"¡No me ha dado tiempo a traficar!", gritó la Paca el sábado por la tarde, cuando fue conducida por al juzgado de Guardia tras ser detenida en la operación Origen. Pero la Guardia Civil no opina igual. Los investigadores del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA), responsables de la intervención, han constatado que Francisca Cortés Picazo, la histórica narcotraficante, había vuelto al negocio y estaba organizando envíos para abastecer al clan de su hermano, el Moreno. La operación desarrollada la semana pasada permitió desmantelar cuatro organizaciones distintas de narcos, tanto en Mallorca como en Tarragona. En total fueron detenidas 30 personas y se intervinieron 1.400 kilos de hachís en una planeadora en la costa de Castellón, unas 1.500 plantas de marihuana, un kilo de cocaína (la mayor parte en dosis dispuestas para su venta) y cientos de pastilla de éxtasis.

La investigación que dio pie a la operación Origen se inició hace un año y medio, cuando el EDOA empezó a seguir la pista de varios puntos de venta de droga en Son Banya. Las gestiones realizadas durante los meses siguientes permitieron distinguir a cuatro organizaciones diferentes de narcos, una pertenecería al clan del Moreno, cuyo patriarca es Isidro Cortés Picazo, hermano de la Paca y actualmente en prisión, por lo que está gestionada por varios familiares. Junto a ella aparecían otras bandas, el del Lavadero, el del Gordo y el Alyabi. Este último, asentado en Tarragona, presuntamente gestionaba el envío de grandes partidas de hachís desde Marruecos y de cocaína procedente de Holanda.

Las investigaciones del EDOA permitieron confirmar los nexos entre las bandas, que copaban todo el espectro del narcotráfico, desde la entrada de grandes partidas de droga oculta en dobles fondos de vehículos que sustraían y adaptaban para esta misión, a la producción de marihuana en invernaderos y fincas rústicas, y finalmente la venta a consumidores en cinco puntos de venta en Son Banya y otro más en Son Gotleu.

Una vez reunidas las evidencias suficientes, el pasado jueves se puso en marcha la última fase de la operación. Junto a los agentes del EDOA intervinieron miembros de la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia (Usecic) y el grupo de Guías Caninos. También contaron con la colaboración de grupos especiales de la Guardia Civil, el Grupo de Reacción y Seguridad (GRS) y el Grupo de Acción Rápida (GAR), que se desplazaron expresamente a la isla desde sus bases en Valencia, León y Logroño. En total, más de doscientos guardias, que llevaron a cabo 53 registros, 48 en Mallorca y cinco en Tarragona.

La operación se saldó con treinta arrestados, la intervención de unas 1.500 plantas de marihuana en cuatro plantaciones distintas en Mallorca, carca de un kilo de cocaína -la mayoría en dosis dispuestas para la venta-, y cientos de éxtasis. Durante las investigaciones, hace un mes y medio, había sido capturada en la costa de Castellón una planeadora con 1.400 kilos de hachís, un envío que había sido organizado por la banda de Tarragona. También se intervinieron 180.000 euros en metálico y ocho coches de alta gama. La investigación sigue abierta y se encamina ahora a determinar las inversiones realizadas por los narcos, como la compra de inmuebles y de vehículos de alta gama.