Una anestesista defiende la praxis médica durante la liposucción mortal

La facultativa no ha acertado a explicar por qué los médicos tardaron una hora en avisar al 061 tras reanimar a la paciente de una parada cardiaca

El anestesista y el médico acusados, este viernes, durante el juicio.

El anestesista y el médico acusados, este viernes, durante el juicio. / L.MARINA

Lorenzo Marina

Lorenzo Marina

Una anestesista ha declarado este viernes en los Juzgados de Vía Alemania declaró que la muerte de Fátima Cherkaoui durante una operación de liposucción en Palma era compatible con un síndrome de embolia grasa. Una patología asociada a esta complicación. No obstante la facultativa no ha acertado a explicar por qué el médico y el anestesista que participaron en la intervención quirúrgica tardaron una hora en avisar al 061 después de que la víctima sufriera una parada cardiorrespiratoria.

Durante su comparecencia por videoconferencia ante el Juzgado de lo Penal número 3 de Palma, la perito ha respaldado en todo momento la actuación del médico y del anestesista. En este sentido ha resaltado su comportamiento durante la operación realizada a Fátima Cherkaoui, de 45 años, la mañana del 6 de marzo de 2017 en el Centro Policlínico Quirúrgico, situado en el número 12 de la calle 31 de Diciembre de Palma.

Esta anestesista ha considerado que existía «un bajo riesgo» de que la paciente sufriera una hemorragia en el transcurso de la operación. Por este motivo ha indicado que no procedía someter a la víctima a a un proceso de autotransfusión.

Al contrario del dictamen de los médicos, que comparecieron en la sala la semana pasada, esta facultativa ha apreciado que las instalaciones reunían las condiciones suficientes para la intervención y que no era necesario tener reservada una cama de una Unidad de Cuidados Intensivos.

La perito ha precisado que la usuaria estaba calificada en el preoperatorio como Asa1 y que, por tanto, su riesgo era menor al tratarse de «una paciente joven sin enfermedades».

No obstante, a preguntas del abogado Rafael Martín Bueno de la acusación particular, en representación de la Asociación de Víctimas de Negligencias Sanitarias (Avinesa) la anestesista no ha acertado a explicar por qué transcurrió una hora desde la reanimación de la paciente después de una parada cardiorrespiratoria de la víctima, a las cuatro de la tarde, y el aviso al 061 una hora después.

Este letrado ha abundado en que la sintomatología que presentaba la paciente -fría, pálida, hipotensa y con múltiples orificios en la superficie cutánea- respondía a una pérdida masiva de sangre. El informe de entrada de la paciente en Son Espases aludía a esta circunstancia y al masivo sangrado de la víctima.

«Síndrome de embolia grasa»

Tras esta perito, otro forense, a instancia de la defensa, ha aludido a también a un supuesto «síndrome de embolia grasa». Aunque tampoco ha llegado a precisar qué indicios respaldaban su hipótesis.

El ministerio público solicita para cada uno de los acusados una pena de tres años de prisión por un presunto delito de homicidio imprudente . La fiscal también reclama que indemnicen a los hijos de la fallecida con la suma de 240.000 euros.

Por su parte, la acusación particular solicita para cada uno de los dos encausados una pena de cuatro años de prisión por los presuntos delitos de homicidio imprudente y omisión del deber de socorro. También eleva la indemnización para los hijos de la fallecida a medio millón de euros.