Tribunales

Cronología del 'caso Alves': de soñar con el Mundial de Qatar a la cárcel acusado de violación

Reconstrucción de los días previos a su encarcelamiento a partir de fuentes del entorno del futbolista que aseguran que colaboró con los Mossos d’Esquadra

Dani Alves.

Dani Alves.

Guillem Sánchez / J. G. Albalat / Rubén Moreno

Dani Alves (1983, Brasil) es el jugador con más títulos en la historia del fútbol. Pero le falta la copa más importante, la del Mundial. Este otoño aspiraba a levantarla en Qatar. Pero su compañero de selección Marquinhos lanzó el penalti al palo y fue Croacia el equipo que, inesperadamente, alcanzó las semifinales. Ocurrió el 9 de diciembre de 2022. 42 días después, el 20 de enero de 2023, Alves ingresó en la cárcel de Brians 1 acusado de violar a una joven de 23 años. A continuación, la cronología de esos 42 días escrita a partir de fuentes del entorno de Alves, que exigen no ser citadas y que subrayan que durante ese tiempo no dejó de colaborar con los Mossos d’Esquadra

Alves viajó a España tras la eliminación de Brasil para descansar junto su mujer Joana Sanz unos días antes de incorporarse a las filas del mexicano Club Universidad Nacional, conocido como Pumas. “Llegó hundido psicológicamente de la eliminación del mundial, le afectó mucho más de lo que la gente cree. Y no pudo recuperarse porque a su suegra le detectaron un cáncer en estado muy avanzado”, subrayan las citadas fuentes. 

La madre de Joana fue ingresada en una residencia. Alves estuvo en Canarias mientras Joana cuidaba de ella. Fueron días duros, aseguran las mismas fuentes. El 30 de diciembre, Alves se despidió de Joana y voló a Barcelona. El día 1 de enero tenía billete para viajar a México y ese día de margen en la ciudad catalana debía consistir únicamente en cambiar de maletas. Pero ese viernes 30 llamó a su amigo Bruno y quedaron para cenar. Encargaron mesa en un buen restaurante del Eixample, y después acudieron a la discoteca Sutton, en la calle Tuset. Se sentaron en el reservado 6, el que da acceso a una ‘suite’ sin cámaras, que dispone de un baño minúsculo junto a la entrada.

Alves, a las cuatro horas de la madrugada del 31 de diciembre, presuntamente violó en el interior de ese baño a una joven de 23 años, según la fiscalía. Para la jueza Anna Marín de instrucción existen “mucho más que indicios” de que en ese cubil se perpetró una agresión sexual y que quien la cometió fue Alves. Según tres magistrados de la Audiencia de Barcelona, que confirmaron la decisión de la togada Marín de enviarlo a la cárcel antes del juicio, tales indicios son “abundantes”.

Año Nuevo

El 1 de enero, un día después de la presunta agresión sexual, Alves voló a México para ponerse a las órdenes del Pumas el 1 de enero. La noticia de que una mujer lo ha denunciado ya está en la prensa, el primero en informar es el diario ‘ABC’. El 5 de enero, Alves envía un vídeo al programa ‘Y ahora Sonsoles’ para negar los hechos desde México, acusar a la víctima de querer hacerle daño por ser famoso y para dar una versión de lo sucedido que las pruebas de la investigación policial demostrarán que es falsa. 

El 11 de enero, la abogada de Alves, persona de la máxima confianza de su exmujer y madre de los dos hijos del futbolista, contacta con los Mossos. En concreto envía un correo electrónico a agentes de la Unitat Central d’Agressions Sexuals (UCAS). La abogada se pone a disposición de la policía catalana. El 13 de enero fallece en Canarias la madre de Joana. Alves viaja desde México. 

El 16 de enero, el jugador coge un vuelo de regreso a Barcelona. Según las fuentes de su entorno, explica a su entrenador de Pumas que necesita unos días para resolver el asunto de la denuncia. El 18 de enero, su abogada intenta reunirse con la jueza Marín que instruye la causa contra Alves. En el breve encuentro, la magistrada le traslada a la letrada que el delito es muy grave. Aquella misma tarde, la abogada cita a Alves en su despacho, en la calle de Roger de Llúria. Alves niega los hechos. El día 19 de enero, la abogada se reúne de nuevo con el jugador, que vuelve a negarlos.

El 20 de enero, a las 6.00 horas, Alves acude a la cita acordada con los Mossos. Tiene lugar en el despacho de su abogada. Las investigadoras de la UCAS esa mañana informan al futbolista de que, por orden de la jueza Marín, deben conducirlo como detenido a la Ciutat de la Justícia a las 10.00 horas, donde será interrogado, pero que antes pasarán por la comisaría de Les Corts. 

La noticia

Alves entra en coche policial a la comisaría cuando todavía no ha amanecido. Las policías no lo meten en el calabozo, lo dejan en una sala. Allí lo identifican, le toman las huellas dactilares, se quedan con sus pertenencias. Alves se acoge a su derecho de no declarar. Varios periodistas sabían que Alves acudiría esa mañana a la comisaría y una docena de ellos hacen guardia en la calle, frente a la comisaría. A las diez menos cuarto, un coche logotipado con Alves sentado en el lugar de los detenidos sale de la comisaría rumbo a la Ciutat de la Justícia. Una nube de periodistas gráficos captura la imagen del coche.

El coche de los Mossos entra por el acceso de traslado a disposición judicial de arrestados pero el futbolista no ingresa en el calabozo con el resto de detenidos. Como ha sucedido en la comisaría, a Alves lo sientan en otra sala. Allí aguarda a que en una de las salas de las plantas superiores de la sede judicial se celebre la declaración de la denunciante. Hacia el mediodía, llega el turno de Alves, que es conducido con grilletes hasta la sala. Así permanece hasta que su abogada solicita que se le retiren las esposas, una petición que la jueza acepta. 

Durante aquel interrogatorio, Alves vuelve a mentir hasta en tres ocasiones. Según las fuentes de su entorno, lo hace porque no quiere que su mujer sepa que ha sido infiel en un momento tan delicado para ella. El jugador, además, muestra su intención de viajar a México cuando finalice aquel interrogatorio. Tanto fiscalía como acusación particular solicitan, a la vista de las pruebas y del riesgo de fuga que observan, que ingrese en prisión preventiva. La jueza ordena un receso para meditarlo.

Sobre las cinco de la tarde, la jueza notifica que está de acuerdo con las partes acusatorias. Alves recibe la noticia de que va a ingresar en prisión, acusado de la presunta violación. Agentes de los Mossos lo suben a un furgón policial de traslado de detenidos. Una hora después llega al centro de penitenciario de Brians 1. Ya es de noche. Los funcionarios que lo ven explican que está cabizbajo. A los pocos días, fue trasladado por razones de seguridad y convivencia a la cárcel de Brians 2, donde permanece.

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