Investigación

El asesino de es Carnatge mató a golpes a la víctima y luego incendió su chabola

La jueza de guardia envía a prisión al sospechoso, de 32 años, detenido esta semana tras más de un año de investigación de la Policía Nacional - El acusado, vecino de la zona, admite que conocía al fallecido pero niega su implicación en el crimen

El sospechoso, en el centro, se tapa la cara con una camiseta verde, hoy al ser puesto a disposición del juzgado de guardia.

El sospechoso, en el centro, se tapa la cara con una camiseta verde, hoy al ser puesto a disposición del juzgado de guardia. / PERE JOAN OLIVER

Marcos Ollés

Marcos Ollés

El 25 de enero de 2022, alguien entró en la chabola donde Cristian Valverde, un homosexual de origen cubano y 56 años, vivía desde hacia tiempo en la zona de es Carnatge, en Palma. El hombre murió asesinado de dos fuertes golpes en la cabeza propinados con un objeto contundente, según reveló la autopsia. El autor del crimen intentó entonces que pareciera un accidente. Llevó el cadáver hasta la cama, lo colocó como si estuviera durmiendo y provocó después un incendio que acabó arrasando la chabola. Hoy, 14 meses después, la jueza ha ordenado el ingreso en prisión provisional de un amigo suyo, Ricardo A., de 32 años y vecino de la zona, como autor del crimen. El sospechoso, detenido el pasado martes por la Policía Nacional, niega cualquier implicación en el asesinato. Los investigadores no han encontrado evidencias de que se tratara de un ataque homófobo y el móvil de la agresión mortal no está del todo claro.

Vista aérea de la escena del crimen tomada con un dron. | POLICÍA NACIONAL

Vista aérea de la escena del crimen tomada con un dron. | POLICÍA NACIONAL / MARCOS OLLÉS. PALMA

La investigación del grupo de Homicidios de la Policía Nacional comenzó cuando los bomberos encontraron el cadáver carbonizado de Cristian Valverde entre los restos de su chabola. El asesino logró inicialmente su objetivo y las primeras pesquisas apuntaban a unas estufas como origen del incendio. Pero la autopsia al cadáver y la investigación de la Policía Científica apuntaron en otra dirección. Los investigadores descubrieron que la víctima no murió por el fuego y el humo, sino por una brutal agresión. Tenía gravísimas lesiones craneales debido a los golpes recibidos en la cabeza con un objeto romo. Además, descubrieron que el incendio no fue fortuito, sino provocado a conciencia para arrasar la chabola.

La chabola donde residía la víctima, arrasada por el fuego. | GUILLEM BOSCH

La chabola donde residía la víctima, arrasada por el fuego. | GUILLEM BOSCH / MARCOS OLLÉS. PALMA

Encajadas las piezas del asesinato, el grupo de Homicidios investigó a un puñado de sospechosos y se centró en el núcleo de amigos y conocidos de la víctima. Las pesquisas acabaron en un callejón sin salida, y la causa judicial llegó a ser archivada ante la falta de avances. Pero la Policía no se dio por vencida y acabó estrechando el cerco sobre un reducido grupo de sospechosos. El Servicio de Análisis de la Conducta (SAC) de la Policía Nacional, un equipo de expertos en psicología, participó en el caso.

El pasado martes los investigadores citaron en comisaría a Ricardo A. y lo detuvieron como presunto autor del crimen tras recabar algunos indicios contra él. Entre ellos, las grabaciones de la noche del crimen de una cámara cercana a la chabola incendiada, donde aparecía un vehículo como el suyo, según explicaron fuentes conocedoras del caso.

La Policía Nacional llevó a cabo un registro en el domicilio del acusado, que convive con sus padres, sin hallar ninguna prueba relevante, apuntaron las mismas fuentes.

Ricardo A., con algunos antecedentes por delitos menores, fue interrogado durante cuatro horas en comisaría. En su declaración, admitió que conocía a la víctima y que alguna había tomado cervezas con ella. Según dijo, coincidían en la zona de es Carnatge porque él solía ir a pasear con su perro por allí. También confirmó que el coche que aparece en las filmaciones es el suyo, pero en todo momento negó tener cualquier implicación en el crimen.

Respecto al móvil del asesinato, no hay evidencias claras. Una de las hipótesis que manejó la Policía apuntaba a un posible ataque homófobo, ya que Cristian Valverde había denunciado agresiones por su orientación sexual. Pero la investigación no ha hallado evidencias en este sentido.

Ricardo A. ha sido puesto hoy por la mañana a disposición del juzgado de instrucción número 11 de Palma. La Policía ha aportado un voluminoso atestado con las pruebas recabadas. La comparecencia del acusado ante la magistrada apenas ha durado diez minutos, ya que se ha limitado a ratificar la declaración que prestó en comisaría. La fiscal ha pedido su ingreso en prisión provisional sin fianza y la jueza ha acordado esta medida al considerar que existen indicios suficientes de su participación en el asesinato.

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