Investigación en marcha

Dos cámaras muestran que Alves no estaba en el baño cuando la víctima entró en el reservado

EL PERIÓDICO, del grupo Prensa Ibérica, reconstruye los instantes anteriores a la agresión sexual a partir de dos imágenes captadas por el sistema de videovigilancia de la discoteca Sutton

Dos cámaras muestran que Alves no estaba en el baño cuando la víctima entró en el reservado.

Dos cámaras muestran que Alves no estaba en el baño cuando la víctima entró en el reservado.

Guillem Sánchez | J. G. Albalat

Dos cámaras del sistema de videovigilancia de la discoteca Sutton captaron la silueta del futbolista Dani Alves junto a la puerta del reservado en el que se encuentra el baño de la supuesta violación, según las fuentes consultadas por EL PERIÓDICO, del grupo Prensa Ibérica. Son dos imágenes que no son claras pero que aún así pueden resultar decisivas.

La defensa de Alves, en el escrito presentado por su segundo abogado, Cristóbal Martell, afirma que es la joven de 23 años la que se dirige al baño cuando el futbolista ya se encuentra en el interior del cubil. Pero estas dos imágenes captan una zapatilla blanca y una camiseta del mismo color que la que luce Alves en el marco de la puerta. Es decir: Alves no está en el baño cuando la joven se dirige hacia el reservado, sino que está de pie junto a la puerta del reservado, una ubicación desde la que puede existir el contacto visual entre él y la víctima, como siempre ha declarado esta segunda.

La joven mantiene que esa noche no entró en el baño por su cuenta ni cuando Alves ya se encontraba en el interior del mismo. Lo que la denunciante ha relatado tanto en sede policial como judicial es que ella accedió a entrar en el reservado y después en el baño de ese espacio porque Alves, de forma insistente, le pidió que lo siguiera. EL PERIÓDICO reconstruye con infográficos la secuencia inmediatamente anterior a los hechos denunciados.

Antes de la violación

Faltan pocos minutos para las cuatro de la madrugada del 30 de diciembre. Alves, un amigo de Alves y tres jóvenes bailan en la mesa 6 de la zona VIP de la discoteca Sutton de Barcelona. Las tres jóvenes son la víctima y sus dos amigas. Alves había enviado a un camarero en dos ocasiones para que las tres mujeres aceptaran reunirse con él y con su amigo en este espacio reservado. La víctima y una amiga explicarán que mientras bailan en esos instantes previos a la supuesta violación se producen los primeros tocamientos del futbolista. 

Distribución de la discoteca.

Distribución de la discoteca.

A las 03.42 horas, Alves se mete en un espacio reservado conocido en Sutton como la 'Suitte'. A la 'Suitte' se accede a través de una puerta ubicada junto a la mesa número 6 en la que se encuentra el grupo. Esa puerta conduce a unas escaleras estrechas que suben a una tarima superior y acristalada en la que hay –o había– un sofá y una mesa. El cristal, además, permite ver desde el interior de esa 'suitte' la pista de baile pero no al revés. Alves y la víctima no suben a esa parte superior. Antes de llegar a esas escaleras, a mano izquierda tras cruzar la puerta del habitáculo reservado, está el minúsculo baño en el que tiene lugar la supuesta violación

La zona VIP donde se encontraba alves.

La zona VIP donde se encontraba alves.

Así describe la secuencia el letrado Martell en el recurso presentado contra la prisión preventiva decretada contra Alves el pasado 20 de enero y sobre el que la Audiencia de Barcelona responderá en las próximas horas: "Alves entra en la puerta del lavabo situado, como decimos, a la izquierda de la imagen y sin que vuelva a aparecer, a los dos minutos (03.44), la denunciante, tras estar durante ese tiempo hablando con sus dos amigas y un camarero, se dirige hacia esa puerta y entra sin que Alves le franquee el paso o abra la puerta. Las imágenes hablan solas. Así fue". 

La versión de Dani Alves.

La versión de Dani Alves.

Martell mantiene de esa manera que Alves ya se encuentra dentro del baño cuando la joven accede al mismo. Es decir, Martell asegura que la joven abrió por su cuenta la puerta del reservado y, después, la del baño.

Alves ha dado tres versiones distintas para defenderse de la denuncia de violación. En la última, lo que él relató en sede judicial, después de verse acorralado por la fiscalía, la abogada Ester Garcia y la jueza Anna Marín, fue que él se encontraba en el baño, sentado en el inodoro haciendo sus necesidades, cuando la joven entró por su cuenta y le practicó una felación.

Esta versión no cuadraba ya con el parte de lesiones que presenta la víctima en la rodilla, ni tampoco con las huellas dactilares detectadas por la policía científica, que por su ubicación proyectan una secuencia de movimientos distinta a la ofrecida por Alves, ni, por supuesto, con los resultados de los análisis de ADN: se hallaron restos de semen de Alves en la vagina de la víctima. Y las dos imágenes captadas por las dos cámaras pueden desmentir también que Alves se encontrara dentro del baño cuando la víctima acude a reunirse con él en el reservado.

Lo que muestran las cámaras.

Lo que muestran las cámaras.

Una de las cámaras capta una zapatilla blanca junto al marco de la puerta y la otra muestra un torso, también en la entrada del reservado de la 'Suitte'. Dado que dentro de aquel reservado no había nadie más, esa zapatilla y esa camiseta, que son del mismo color que los viste Alves esa noche, indican que cuando la joven se dirige al reservado, el futbolista no está en el baño, sino de pie en la puerta del mismo.

La denunciante, según relató a los Mossos dos días después de los hechos y en sede judicial, el 20 de enero, vio a Alves hacerle gestos insistentemente para que fuera dónde él se encontraba. Finalmente accedió a seguirlo. Entró en el reservado y le siguió a través de una puerta que no sabía hacia qué lugar conducía. La joven declaró que al descubrir que era un baño quiso salir. Pero que Alves se lo impidió.

Después, según su denuncia, Alves se sentó en el retrete y a ella se la sentó encima por la fuerza. Ella le pidió que parara y suplicó que la dejara marcharse. Él se negó. La tiró al suelo, la agarró por el cuello, la abofeteó e intentó que le hiciera una felación por la fuerza –a lo que ella se negó–. Después la levantó, la colocó contra el lavamanos y, por último, la puso contra el retrete y la violó hasta eyacular.

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