43 largos días estuvo en coma un taxista que fue brutalmente agredido la madrugada de San Valero, patrón de Zaragoza. Esa noche Cristian, de 42 años, no trabajaba y decidió disfrutar del ambiente de previo a esta festividad hasta que un militar le dio un puñetazo que acabó costándole la vida. Este lunes, quien fuera autor del ataque, el canario Wolfando Devora, aceptó una condena de dos años de prisión como autor de un delito de homicidio imprudente.

El encausado nunca pisó la cárcel, puesto que en instrucción se le dejó en libertad tras su detención. No obstante, la magistrada titular del Juzgado de lo Penal número 4 de Zaragoza aceptó que se le suspenda la pena, es decir, que no entre en prisión con la condición de que abone 100.000 euros en concepto de indemnización a la víctima del fallecido. Hasta ahora, pese a estar clara la autoría y que han pasado dos años, el ya exmiembro de las Fuerzas Armadas no había reservado ni una señal para pagar la responsabilidad civil a la familia de la víctima, que estuvo representada por el abogado José Luis Melguizo.

Ni agresor ni víctima se conocían, pero ambos estaban aquella noche de copas con sus respectivos amigos en el Gran Café Zaragozano. Pasadas las 2.00 se produjo una discusión entre ambos grupos que obligó al personal del establecimiento a echar a la calle a todos. Un policía nacional fuera de servicio que estaba en la zona vio la actitud agresiva del militar, llegando a sacar su placa para que se relajara. Pero fue todo lo contrario, ya que Wolfando Devora asestó un fuerte puñetazo en la cara al taxista que le hizo caer inconsciente al suelo. Sufrió un traumatismo craneal severo. Una agresión que captaron las cámaras de seguridad tanto del pub como de La Pulpería, ubicados en la entrada a El Tubo.

Defensa le suspendió de empleo

Pese al tiempo transcurrido, todavía no está claro el motivo. Sus abogados defensores, Enrique Trebolle y Francisco García Berenguer, mantuvieron durante la instrucción que su cliente no tenía ninguna intención de causar esta muerte y que el alcohol y la fiesta fueron elementos determinantes. De ahí que los tres años de prisión que afrontaba inicialmente el militar, este lunes se haya llegado a un acuerdo a dos años, si bien deberá de pagar la indemnización que de un primer momento solicitó el abogado de la familia de la víctima.

Desde que ocurrieran los hechos, en el 2020, el Ministerio de Defensa permanece suspendido de empleo tras un expediente temporal abierto por el Ministerio de Defensa. También, al estar estudiando para entrar en la Guardia Civil, no podrá acceder al cuerpo porque contará con antecedentes.