El espeleobuceo en Mallorca se ha cobrado dos víctimas mortales en los últimos años en cuevas submarinas de Mallorca. En algún caso por negligencia y no afrontar las mínimas medidas de seguridad y en otro por el peligro manifiesto que encierra siempre esta disciplina. Junto a estos, también hubo otro rescate milagroso de un submarinista, además de los de Xisco Gràcia en 2017 y Miquel Perelló el pasado fin de semana. Este se topó por fortuna con una burbuja de aire y pudo respirar hasta su rescate.

Uno de los primeros fallecidos en las cuevas submarinas fue el joven Carlos Pérez Vázquez, de 28 años, el 18 de agosto de 2002. El buceador cometió una gran imprudencia: se adentró él solo en una gruta subacuática de Porto Cristo. Algo terminantemente prohibido en el submarinismo.

La gruta que eligió era de muy difícil acceso, de unos 175 metros de largo, pero tampoco llevaba un equipo de espeleobuceo, sino de submarinismo convencional. Esta decisión fue fatal. Al llevar la botella de aire a la espalda en lugar de en un lateral, quedó atrapado en un paso estrecho de la cueva. Allí permaneció hasta que agotó el aire. Ante la tardanza, un equipo del GEAS de la Guardia Civil rescató su cuerpo inerte.

Inmersión fallida a La Catedral

Unos años después, el 12 de octubre de 2004, un grupo de seis espeleobuceadores realizaron una inmersión en busca de La Catedral, en Cala Agulla,una de las más míticas cuevas submarinas de Mallorca. Esta se encuentra en Capdepera. Se equivocaron de gruta y se adentraron por error en una cavidad próxima mucho más peligrosa y con numerosas galerías.

El policía local de Sant Llorenç Marco Antonio Moreno y Pedro Nadal, ambos de 28 años, encabezaban el grupo. Los otros cuatro les seguían a escasa distancia, pero tuvieron que desistir poco después y buscar la salida. Los buceadores que iban delante en la comitiva levantaron los sedimentos con su aleteo y la visibilidad que dejaron a sus espaldas era nula.

Los dos espeleobuceadores que iban delante no se percataron de la ausencia de sus compañeros. Cuando volvieron la vista atrás el agua estaba completamente turbia. Los submarinistas que salieron pidieron ayuda a los servicios de rescate.

La tarde del 12 de octubre, los buceadores de la Guardia Civil recuperaron el cadáver de Marco Antonio. Al día siguiente, al buscar a Pedro Nadal, le hallaron vivo. Tuvo la fortuna de encontrarse una burbuja de aire y aguardó allí su rescate.