"Resulta curioso que en la bibliografía y la documentación existente hasta la fecha sobre el pintor Esteban Vicente se hayan dado por sentado muchas afirmaciones, a modo de juicio sobre su obra y las influencias sobre ella, que frecuentemente el propio artista negó rotundamente en las entrevistas que le hicieron". Así arranca un artículo publicado por la Universidad Autónoma de Madrid llamado "Nuevas aportaciones a la producción artística de Esteban Vicente desde sus comienzos hasta 1958: la búsqueda de la unidad". El texto se trata de un sesudo y largo análisis sobre la etapa en Puerto Rico del pintor segoviano Esteban Vicente, uno de los representantes del Expresionismo neoyorquino. Lo más curioso de este documento no es lo que dice sino quien lo firma. Nada más y nada menos que Noemí Martínez Largo, madre y presunta asesina de la pequeña Olivia García.
Extremadamente culta, con dos carreras, cinco másteres, un doctorado, al menos cuatro libros y con, como refleja su currículum –al que ha tenido acceso LA NUEVA ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica–, acreditada experiencia como investigadora. Así es la hoja de ruta de la parricida de Gijón, una mujer a punto de llegar a los 50 y con una formación académica muy superior a la media. Nacida el 11 de diciembre de 1973 en El Espinar, una localidad a 25 minutos en coche desde Segovia de la que es toda su familia, su último empleo conocido fue como digitalizadora en la empresa de su hermano. La firma ubicada en El Espinar se dedica a la conservación de fondos documentales y trabaja con decenas de instituciones públicas. La foto de Noemí Martínez se podía ver en su web, pero ya ha sido borrada.
Ese no ha sido su único puesto de trabajo. El artículo sobre el pintor Esteban Vicente lo publicó en el 2004, cuando era la encargada del departamento de Biblioteca del Museo de Arte Contemporáneo "Esteban Vicente", de Segovia. Estuvo ahí al menos hasta el 2008. Según publican medios segovianos, también trabajó en el Museo Picasso de Málaga. Su formación la ha realizado mayoritariamente en la Universidad Autónoma de Madrid. Se licenció en Geografía e Historia y en Historia del Arte e hizo el doctorado. Es postgraduada en Técnicas de comunicación y negociaciones sociales por la UAM, máster en Tratamiento y gestión del patrimonio histórico documental por la Universidad de Alcalá de Henares, máster en Conservación y restauración del patrimonio por la UAM, posgraduada en Correctora profesional (no acredita por qué universidad) y máster en Dirección de comunicación empresarial por el Instituto municipal de Empleo y Formación Profesional de Jaén.
Tiene acabados dos cursos, uno en Habilidades de la comunicación entre el educador y el educando y otro como técnica de bibliotecas. Tiene también un certificado de Aptitud pedagógica. Fue en el 2016 cuando nació Olivia García, y para esa época, vivía con su ahora exmarido Eugenio García en Palazuelos del Eresma. Por esas fechas trabajó también durante algún tiempo como teleoperadora desde su casa. Después en verano de 2018, fue cuando sufrió la agresión por la que fue condenado su marido. Se le diagnosticó un trastorno transitorio de gravedad por estrés y necesitó fármacos. Y finalmente, cinco años después de aquello, esta mujer culta, con gran formación, duerme en la cárcel de Asturias acusada de haber matado a su hija con un cóctel de pastillas.
