La rápida reacción de la Guardia Civil ha evitado lo que casi con toda seguridad habría terminado convirtiéndose en un nuevo crimen machista. Ha ocurrido en Tavernes de la Valldigna (Valencia), donde agentes de ese cuerpo arrestaron a media mañana del lunes a un maltratador de 24 años cuando acababa de llevarse por la fuerza una escopeta de su padre y se dirigía, presuntamente, a buscar a su expareja, con la que tiene una niña de dos años, para cumplir sus amenazas de muerte sobre ambas.

El arrestado, vecino de Tavernes, ingresó ayer tarde en prisión por orden del juez de Instrucción número 4 de Sueca, con competencia en Violencia sobre la Mujer, después de analizar el atestado policial y a instancias de la Fiscalía, según han confirmado fuentes jurídicas a Levante-EMV.

Los hechos comenzaron a las 9.30 horas del lunes, cuando la víctima llevaba a su hija de dos años a la guardería y se topó a su expareja, pese a que él tiene en vigor una orden de alejamiento que le impide entrar siquiera en Tavernes y también acercarse a la mujer o a la niña.

Es más, el ahora encarcelado llevaba una pulsera de control de movimientos precisamente para evitar que rompiese la orden de protección sobre la mujer y la niña.

El maltratador, que está sujeto a esas medidas desde hace un año, después de que las fijara el mismo juez de Sueca después de ser denunciado por la joven por violencia machista, la abordó justo cuando acababa de dejar a la pequeña en la guardería, por lo que la menor no fue testigo del incidente.

"Si no vienes conmigo ahora mismo, mato a la niña"

Según ha podido saber este diario de fuentes de toda solvencia, el maltratador la buscó para conminarla a que volviese con él, a lo que la mujer se negó. Así las cosas, se arrancó la pulsera, se la arrojó y luego la amenazó de muerte a ella y a la niña, diciéndole: "Si no vienes conmigo ahora mismo, mato a la niña".

La mujer, asustada, se zafó y llamó de inmediato al agente de la Guardia Civil que tiene designada para su protección, mientras el presunto agresor se iba del lugar.

Agentes del puesto de Tavernes de la Valldigna, según consta en el atestado entregado en el juzgado, se pusieron de inmediato en marcha para tratar de localizar y detener al hombre por la ruptura de la orden de alejamiento, lo que le convertía en presunto autor de un delito de quebrantamiento, y por las amenazas graves, pero también para neutralizar el riesgo de que llevase estas a la práctica.

Una patrulla de la Guardia Civil se desplazó en primer lugar al domicilio de los padres del sospechoso, ya que los agentes sabían que allí podía hacerse con un arma. Y acertaron.

Cuando llegaron a la casa de los padres, en Tavernes, lo vieron ya dentro de su coche, con el motor en marcha y una escopeta de caza lista para disparar, por lo que le dieron el alto para detenerlo ante la certeza de que se iba en busca de su expareja para cumplir con sus amenazas de dar muerte a la joven y a la niña de dos años. Lejos de hacerles caso, cogió el arma de fuego, que estaba cargada, y subió a toda velocidad de nuevo al piso.

Amenazas a los agentes

Una vez en la vivienda, se atrincheró en el balcón y amenazó a los agentes con abrir fuego sobre ellos, y también con pegarse un tiro si se acercaban. La crítica situación hizo que los guardias civiles pidiesen refuerzos y que desalojasen de inmediato las fincas próximas. Así mismo, bloquearon el acceso a la calle, por lo que decenas de vecinos se agolparon detrás de la barrera del precinto policial, atentos a lo que sucedía.

El resto de agentes en servicio y el oficial al mando acudieron de inmediato a la casa, y comenzaron una intensa negociación con el maltratador, que se prolongó por espacio de hora y media y generó momentos de alta tensión.

Finalmente, tras convencerle de que lo mejor sería deponer pacíficamente su actitud y entregarse, accedió a entregar el arma y la munición, después de lo cual fue detenido y esposado.

El arrestado fue llevado de inmediato al centro de salud de Tavernes de la Valldigna, donde fue reconocido por uno de los facultativos, y después fue conducido al cuartel.

El hombre, que está acusado de un delito de amenazas graves y otro de tentativa de homicidio, además del de quebrantamiento, pasó ayer por la mañana a disposición del juez de Violencia sobre la Mujer de Sueca, que decretó su inmediato ingreso en prisión. Desde ayer tarde se encuentra en la cárcel de Picassent.

El mismo juez de Sueca es precisamente quien, como responsable en ese partido judicial de los casos de violencia de género, está instruyendo la causa que se sigue contra José Antonio A. C., el parricida de 47 años que el pasado 3 de abril mató a su hijo de 11 años después de que su exmujer le permitiera pasar unas horas con él porque había sido su cumpleaños, tal como adelantó en exclusiva aquél día Levante.-EMV, diario del grupo Prensa Ibérica al que también pertenece este periódico.