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Investigación

La Policía cree que un agente antidroga cobraba de los narcos por sus chivatazos

«Me tiene que dar cada vez que le pago», decía un traficante sobre el policía en una charla intervenida

Policías y guardias civiles, durante la redada en Son Banya el pasado 15 de julio. B. RAMON

La Policía Nacional sospecha que un subinspector del grupo de Estupefacientes cobraba de un clan de narcos a cambio de sus chivatazos. El agente fue detenido hace unas semanas y ha sido suspendido por las evidencias de que había filtrado a un traficante la investigación secreta que culminó el 15 de julio en una gran redada en Son Banya. El propio narco, tras su arresto, delató al policía. En una conversación intervenida, decía sobre el agente: «Me tiene que dar cada vez que le pago», según consta en el atestado del caso.

Las conexiones entre el policía y el clan de narcos de ‘El Langa’ fueron detectadas por las conversaciones intervenidas a los sospechosos, tanto a través de pinchazos telefónicos como de micrófonos colocados en sus vehículos en el marco de la operación Atlántida-X Gémina. En una de estas charlas, uno de los traficantes explicaba que un policía amigo suyo le había informado de que estaba siendo investigado. Los agentes de la Policía y la Guardia Civil comprobaron además que los sospechosos, a los que llevaban un año investigando, modificaron su modo de actuar para introducir partidas de cocaína en el poblado tras esta conversación.

Los investigadores tenían previsto llevar a cabo la fase de explotación de las pesquisas en la primera semana de julio, pero la filtración les hizo improvisar apresuradamente una primera redada contra el clan de ‘El Langa’ el 20 de junio. Uno de los detenidos delató entonces al policía investigado: «Ya sabía que veníais a por mí. Mi amigo el policía nacional me avisó el sábado por la tarde. Me dijo que había consultado en el ordenador y que había visto que me investigaban. Que parara, que en una o dos semanas me iban a hacer una redada». El sospechoso dio toda clase de detalles sobre la filtración y señaló sin dudar al agente que le había dado el chivatazo. Según explicó mantienen desde hace años una relación de amistad y además han intercambiado «información». Dos días antes de su detención, contó, había mantenido un encuentro con este policía en la zona de s’Indioteria, donde le detalló que la Policía y la Guardia Civil estaban tras sus pasos. El traficante añadió que tras el chivatazo dio salida rápidamente a los 650 gramos de cocaína que tenía, vendiéndolos en Son Banya y escondiendo el dinero. De hecho, en esta primera fase de la operación los agentes hallaron mucha menos droga de la esperada.

Con esta información, los investigadores llevaron a cabo varias gestiones y encontraron pruebas de que el encuentro del 18 de junio relatado por el traficante con el policía era creíble. También descubrieron que el agente sospechoso había llevado a cabo consultas en las bases de datos policiales, que justificó con una falsa investigación antidroga de la que ninguno de sus superiores sabía nada.

El subinspector, que llevaba poco más de un año en el grupo de Estupefacientes, fue detenido el pasado 4 de julio en la Jefatura Superior de Policía por un delito de descubrimiento y revelación de secretos. Se acogió a su derecho a no declarar y fue inmediatamente apartado y suspendido. Un juzgado de instrucción de Palma ha asumido las pesquisas de este caso.

La Policía expone en su atestado que la motivación del subinspector para dar información secreta a los narcos no está todavía clara, pero sospechan que era económica. En este sentido, destacan una conversación intervenida el pasado 7 de mayo entre el traficante y su madre. «Me tiene que dar cada vez que le pago», decía sobre el policía.

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