La encargada de una guardería de Palma ha sido detenida por malos tratos físicos y psicológicos a los niños de entre dos y cuatro años que tenía a su cargo. En las denuncias, presentadas ante la Policía Nacional, un grupo de padres y antiguos trabajadores relataron cómo la mujer pellizcaba a los niños, les obligaba a comer a la fuerza, los ataba con cinta americana a las hamacas y los dejaba encerrados en un armario o una sala cuando lloraban. Los investigadores arrestaron a la acusada anteayer y llevaron a cabo un registro en la guardería junto a inspectores de Sanidad y Trabajo, sin encontrar ninguna irregularidad. El juez de guardia, tras tomarle declaración, acordó ayer su puesta en libertad.

La investigación, llevada a cabo por agentes de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional, se inició hace unos días. Media docena de padres y antiguos empleados de la guardería comparecieron ante los policías para explicar diversos episodios de agresiones y tratos degradantes a los pequeños. Según estos testimonios, la mujer aplicaba «castigos inapropiados» a los menores que debía cuidar, todos de entre dos y cuatro años, según explicaron fuentes policiales. Algunos de los menores se mostraban atemorizados ante la acusada y mostraban reacciones extrañas en su presencia. 

En sus declaraciones, los testigos señalaron que era habitual que la mujer reprendiera a los pequeños a base de pellizcos. También solía atarlos con cinta americana a sillas y hamacas para inmovilizarlos, les metía la comida en la boca de forma brusca y sujetándoles la cabeza. Además, castigaba a los menores que ya iban sin pañal si no controlaban sus necesidades, y encerraba a los que lloraban en armarios y habitaciones. Para dormir, afirmaron los denunciantes, ponía colchonetas sobre los pequeños. 

Tras llevar a cabo diversas gestiones, los policías detuvieron a la sospechosa el pasado miércoles por la tarde. Junto a un grupo de inspectores, llevaron a cabo un registro en la guardería para comprobar si se cumplían las medidas higiénicas y los trabajadores estaban contratados de forme legal. Los agentes, explicaron las mismas fuentes, no detectaron ninguna irregularidad en las instalaciones.

La mujer fue trasladada a comisaría y ayer por la mañana fue puesta a disposición del juzgado de guardia de Palma. Tras tomarle declaración, el juez acordó su puesta en libertad. La Policía Nacional mantiene abierta la investigación para esclarecer los hechos y determinar el número de niños perjudicados, ya que los agentes sospechan que algunos padres no se han decidido todavía a denunciar.