Hossam Lousfi, un joven que llegó en patera a España hace cuatro años siendo mena (menor no acompañado) y cuyo sueño es ser policía, tiene ahora un motivo más para emplearse a fondo en conseguir su anhelo. Es la lección que ha sacado del desafortunado incidente que vivió la madrugada del día de San Juan cuando, al intentar acceder a la Barraca Copity, situada en el paseo de Gadea de Alicante, se produjo un "malentendido con la portera de la seguridad privada" que ha acabado en un cruce de denuncias ante la Policía Nacional. La del joven, horas después del altercado. La de la vigilante jurado, a las 14,17 horas de es martes, cuando Houssam ya había difundido en sus redes sociales el vídeo con las imágenes del incidente (lo había hecho la noche del lunes) y después de que este medio se pusiera en contacto con la mercantil para recabar su versión sobre los hechos. 

Según el relato de este chico, que forma parte del equipo de voluntariado de Cruz Roja, donde ayuda a otros menores inmigrantes que llegan que como lo hizo él, el problema surgió cuando entró en el recinto de Copity pero no así un amigo que le acompañaba, al que se impidió el acceso por cuestiones de aforo. "Le dije a la portera que si no entraba nos íbamos a perder y entonces me conminó a que me fuera agarrándome de la muñeca, de lo que yo me zafé. Entonces me volvieron a coger entre esa misma mujer y otros de seguridad y me redujeron tirándome al suelo hasta en tres ocasiones. A continuación me sacaron de la barraca mientras me pegaban", asegura Houssam y consta en la denuncia que a la 1,29 horas de la madrugada del 25, cuando salió de trabajar, presentó en la Comisaría junto a dos partes médicos. Uno de las cuatro de la madrugada de ese día 24 y otro de las 15 horas del siguiente, donde se detallan las lesiones que presentaba: dolor en la mandíbula, erosión en región frontal, dolor en región cervical posterior, dolor en ambas muñecas con tumefacción, dermoabrasiones sobre omóplatos...

La denuncia recoge además que la última vez que se le reduce, esposado e inmovilizado por el único vigilante que se le habló pidiéndole que se tranquilizara ("hasta ese momento nadie se dirigió a mí para nada, solo me pegaban»", precisa), la misma "portera" le escupió (como se aprecia con claridad en el vídeo) le dijo: "Moro de mierda, maricón de mierda, te has encarado".

Houssam está pendiente de que la Administración responda a la petición de asilo que comenzó a tramitar en diciembre de 2020 por su condición de homosexual en un país como el suyo, Marruecos, donde serlo está considerado delito.  

El final de esa pesadilla llegó con la presencia de una patrulla de la Policía Nacional, a la que se había requerido desde la barraca. "Los policías me quitaron los grilletes y me instaron a que presentara denuncia si lo consideraba (lo que también dijeron a los responsables de la seguridad privada de la baraca)". "Fue lo mejor de esa noche. Me ayudaron al igual que hicieron cuando llegué a España y me entregué en una comisaría porque era menor y estaba solo. La Policía me llevó a un centro de menores y por primera vez en dos semanas dormí en una cama. Por eso quiero ser policía, para ayudar como me ha ayudado a mí", explica. 

Desde Copity se emitió este martes un comunicado en el que se afirma que "en referencia al vídeo y las imágenes que circulan en redes desde ayer día 27 de junio, queremos comunicar lo sucedido. El pasado día 23, el usuario denunciante de la actuación del servicio de seguridad agredió de forma previa a uno de los integrantes del equipo de seguridad que está para salvaguardar la integridad de los asistentes al racó. El vídeo mostrado no representa un acto delictivo, sino la actuación del equipo realizando una reducción de inmovilización, ya que estaba poniendo en riesgo a personas y personal de seguridad que le rodeaban, hasta la llegada de la policía. Los hechos han sido denunciados".

No obstante, la denuncia, no se interpuso hasta horas después, pasadas las 14 horas de este martesy en la misma la vigilante jurado asegura que al coger al joven de la muñeca para instarle a que se marchara recibió dos patadas en la zona pélvica, que la amenazó de muerte y que la llamó "puta, zorra y gilipollas".

La Policía recibió esa noche "innumerables llamadas" por incidentes similares. En ese caso no se llegó a redactar parte de intervención por considerar los hechos irrelevantes.

Houssam asegura que le gusta salir, que lo hace siempre que su trabajo se lo permite y que nunca ha tenido ningún incidente "ni de este tipo ni de ninguno".