El propietario del restaurante Ca Na Joana, en Gènova, solo tiene palabras de elogio para Sebastián Femenias, el joven de Son Ferriol fallecido tras recibir una patada en la cabeza a las puertas de una discoteca de Cala Major. «Era un gran chico. Muy cumplidor y un gran profesional», explicaba ayer el hombre a este diario, tras conocer la noticia de su trágico fallecimiento. Femenias estuvo trabajando allí dos años y dejó un grato recuerdo en su jefe y sus compañeros.

El joven había conseguido hacerse un hueco en el mundo de la cocina. Tras completar sus estudios en la Escola d’Hosteleria de la UIB, comenzó a trabajar en diversos restaurantes. «Para mí era como un hermano. Le quería un montón», explicaba el reputado cocinero Óscar Fontán, con quien compartió fogones durante varios años. «Era mi mano derecha. Divertido, entrañable, leal y tranquilo. Nunca se metía en follones», recordaba Fontán, que habló por última vez con él solo unas horas antes que sufriera la brutal agresión en Cala Major.

Con él dio muestras de su lado más solidario a través de la Asociación de Cocineros Afincados en las Islas Baleares (ASCAIB), de la que era socio. Con ella participó en la iniciativa Cocineros Solidarios de Mallorca, liderada por Fontán, que lleva a cabo diversas iniciativas benéficas. En 2018, Femenias formó parte de la elaboración de un menú para los usuarios del comedor Zaqueo, en Palma. «Fue él quien más me apoyó y me animó para llevar a cabo esta inciativa», recordaba.

Femenias había estado trabajando durante el invierno en Austria y hace unos meses regresó a Mallorca para la temporada estival. Actualmente estaba empleado en una sociedad que gestiona el restaurante del Club de Tennis y otro en es Portitxol.

El joven residía con sus padres en una urbanización de Son Ferriol y tenía un hermano. «Toda la familia está destrozada», explicó Fontán, que ayer por la tarde visitó a los familiares de su amigo para darles el pésame.