87 kilómetros por hora. Es la velocidad a la que llegó a circular por el Passeig Sagrera de Palma el coche patrulla antes de perder el control y atropellar a tres personas, una de las cuales murió, en la madrugada del pasado 2 de junio. La Policía Local ha entregado su informe del caso a la Guardia Civil, en el que solicita la imputación del agente que conducía por un delito de homicidio por imprudencia y otros dos de lesiones. El policía ya fue citado a declarar como investigado el pasado viernes por la Guardia Civil.
En este informe, que fue entregado por la Policía Local de Palma a la Guardia Civil de Tráfico, que asumió la investigación por orden del juzgado, se incluyen todas las diligencias practicadas a raíz del accidente.
La investigación ha sido realizada por la Unidad de Accidentes de Tráfico de la Policía, independiente del grupo al que pertenece el agente. Este grupo se hizo cargo de las diligencias desde el primer momento. El pasado jueves entregó su atestado a la Guardia Civil, en cumplimiento de las indicaciones del juzgado que instruye la causa por la muerte del hombre atropellado.
La investigación de la Policía Local reúne, además de las conclusiones de la inspección ocular en el lugar del accidente, las grabaciones de las cámaras de seguridad y declaraciones de testigos, los resultados de la caja negra del vehículo, un dispositivo en el que quedan recogidas todas las incidencias de la conducción antes y después del accidente.
Según este dispositivo, el coche patrulla llegó a circular a 87 kilómetros por hora por el Passeig Sagrera, antes de perder el control, irrumpir en una zona peatonal y atropellar a tres personas, una de las cuales falleció y otras dos resultaron gravemente heridas. El Passeig Sagrera tiene una limitación de velocidad de 20 kilómetros por hora, por lo que se considera que el vehículo sobrepasó la velocidad adecuada, incluso en un caso de intervención urgente. Por ello le imputan la comisión de un delito de homicidio imprudente y otros dos de lesiones por imprudencia.
El policía fue citado a prestar declaración como investigado ante la Guardia Civil el pasado viernes. En su manifestación, el agente explicó que circulaba a una velocidad superior a la permitida porque iba en persecución de un coche sospechoso, después de que testigos le hubieran alertado de que habían arrojado a una chica en marcha.
El policía achacó el accidente a que el pavimento, de piedra lisa, estaba mojado por el riego de los jardines, lo que provocó que cuando intentó frenar el coche se volviera «ingobernable».
