"Salí a recoger naranjas en la finca y se me acercaron por sorpresa dos encapuchados. Uno me puso un cuchillo en el cuello y el otro una pistola en la cabeza". Con estas palabras un jubilado ha relatado este miércoles en la Audiencia de Palma el violento atraco que sufrió en su chalé de Porreres en diciembre de 2017. Unos meses después, en febrero, el anciano volvió a sufrir un nuevo atraco, en otra causa instruida aparte. Entonces la víctima, presuntamente descerrajó un tiro con la escopeta a corta distancia de un asaltante y acabó con su vida. Tres miembros de la autodenominada banda del demonio se han sentado en el banquillo de los acusados.

Durante la vista celebrada ayer en la Sección Primera de la Audiencia de Palma, uno de los tres acusados fue muy explícito y confesó su participación en el asalto al jubilado en su domicilio de Porreres. El procesado se autoinculpó en el atraco al anciano la tarde del 6 de diciembre de 2017. De hecho durante su intervención incriminó en el delito a los otros dos encausados. 

«Había comprado marihuana a Fredy. No pude pagarle, me amenazó y me tuve que poner a sus órdenes. De esta manera el encausado justificó su participación en el atraco al anciano. Así, durante su intervención, este procesado indicó que los tres acusados, junto con un delincuente marroquí sin identificar, acudieron a la finca a perpetrar el asalto al jubilado.

Uno de los acusados era vecino del hijo de la víctima en Campos. Al coincidir la fecha elegida para el atraco con el puente del Día de la Constitución, este encausado averiguó que el vástago iba a estar unos días de vacaciones. Esta información fue utilizada para amedrentar al anciano a la hora de perpetrar el atraco. «Sabemos que tu hijo no va a venir», le espetaron al jubilado durante el asalto.

Petición de 30 años de prisión

Este acusado admitió durante su declaración que conocía a la víctima. Él trabajaba de encargado de una cafetería y el anciano era uno de los clientes . De esta manera averiguó que tenía un negocio de tragaperras. De hecho le llegó a ofrecer una comisión.

También comparecieron en el juicio investigadores de la Guardia Civil que se encargaron del caso. Los agentes del instituto armado explicaron que la muerte de un asaltante en febrero de 2018 al recibir un disparo del anciano a corta distancia les sirvió para esclarecer el primer atraco. «Tenían características idénticas», precisó un guardia civil.

En los informes, la fiscal pidió para cada uno de los tres procesados diez años de prisión. Un total de cinco por un presunto delito de robo con violencia e intimidación en casa habitada con armas o instrumento peligroso y otros tantos por detención ilegal. El juicio quedó visto para sentencia.

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