Tras casi cinco horas, la declaración de los supervivientes del naufragio del 'Villa de Pitanxo' en la Audiencia Nacional concluía minutos antes de las 15.00 horas de esta tarde. Juan Enrique Padín, citado como investigado (imputado) por la muerte de 21 de los 24 tripulantes del pesquero gallego 'Villa de Pitanxo', naufragado en aguas del gran banco de Terranova el 15 de febrero, fue el último en prestar declaración. Aunque el caso todavía no ha sido asignado a ningún juzgado y la propia AN ha pedido de nuevo que el caso se juzgue en Marín, el Fiscal solicitó que se le retirase el pasaporte y que tuviese que comparecer cada 15 días en el juzgado, solicitudes que finalmente fueron adoptadas. De esta forma Padín, sobre el que sobrevuelvan 21 presuntos homicidios por imprudencia y contra los derechos de los trabajadores según el informe de fiscalía, no podrá volver a embarcar, algo que temían las familias.

Las medidas adoptadas han sido informadas a los medios por parte de la portavoz de los familiares, María José de Pazo, que ha trasladado el "alivio" de las familias con la decisión.

"Esto lo que hace corroborar que existen indicios delictivos", ha explicado la también armadora, que recuerda que las medidas adoptadas suponen "una buena noticia". "Ante el temor de reiterarse el hecho delictivo las familias nos sentimos aliviados", ha sentenciado.

A la Audiencia también han acudido los otros dos supervivientes, citados en este caso en calidad de testigos. Se trata de Eduardo Rial, sobrino del patrón, y Samuel Kwesi Koufie. Ha sido la versión del segundo, junto con los datos de navegación emitidos desde el propio 'Pitanxo', lo que ha precipitado una investigación por la vía penal, ya que el suceso también está bajo el análisis de la comisión de accidentes marítimos CIAIM.

Samuel Kwesi Koufie, a su llegada a la Audiencia Nacional . / DAVID CASTRO

El fiscal, como consta en el auto del magistrado Ismael Moreno, ha dado credibilidad a la versión de Kwesi. Según Padín, el motor principal Wärtsilä se paró de repente, sin explicación, durante la maniobra de virada (recogida) del aparejo, cuando pasaban unos minutos de las 4 de la mañana UTC. Asegura que mandó accionar los motores auxiliares, pero que esta orden no fue atendida, y que mandó evacuar y vestir los trajes de supervivencia a todos los tripulantes. No obstante, solo él y su sobrino los llevaban puestos cuando fueron rescatados por el Playa Menduiña Dos; los demás marineros, a excepción de Samuel, murieron por 'shock' térmico. De frío.

Los datos de navegación emitidos por el Pitanxo, tanto por la caja azul (dispositivo de control pesquero) como por el AIS, tampoco sustentan su relato. El pesquero navegaba a 2,6 millas solo un minuto antes de que el capitán pidiese auxilio, como desveló Faro de Vigo, diario del mismo grupo, Prensa Ibérica, que este periódico.

El 'Villa de Pitanxo' salió de Vigo el 26 de enero. De acuerdo al relato del capitán, cuatro días después detectó dos casos positivos de covid tras realizar test de antígenos (el buque salió sin guardar cuarentena, como también avanzó Faro de Vigo). Los aisló en un pañol, un pequeño habitáculo. “Sin calefacción, con cartones y un palet”, denuncia uno de los familiares. Padín apunta que se les habilitó “un camarote”. Tres días más tarde “vuelvo a hacer otro control y ahí salen cuatro personas más, ya tenemos seis personas [positivas], sin síntomas”. Es aquí donde entra en juego el Centro Radio Médico de Madrid, dependiente del Instituto Social de la Marina. El patrón insiste en que desde este organismo oficial se le emplazó a seguir la travesía y empezar a faenar. “Seguí las instrucciones que me dieron en el Centro Radio Médico: no hay síntomas, están asintomáticos y estáis todos vacunados, así que vida normal. Fue lo que hicimos”.

El Gobierno ha eludido aclarar si, en efecto, pidió a Padín hacer vida normal pese a los positivos.