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Caso Sala

Así está hoy el escenario del crimen de la viuda de la CAM

A petición de la acusación particular, la Audiencia ordenó a los nuevos dueños del lavadero Novocar no modificar la estructura hasta que la sentencia no fuera firme

Aspecto que presentaba ayer el lugar del crimen en el local que antes acogía Novocar. HÉCTOR FUENTES

Retorno a Novocar. La visita del jurado popular del caso Sala a las instalaciones de la empresa de automoción donde fue asesinada María del Carmen Martínez el 9 de diciembre de 2016 es una de las pruebas que tendría que repetirse en el nuevo juicio tras la anulación del anterior por el Tribunal Supremo. Los actuales dueños de las instalaciones tenían orden por parte de la Audiencia de preservar la estructura del local hasta que la sentencia fuera firme y se despejaran las dudas sobre si había o no que repetir el juicio a Miguel López por la muerte a tiros de su suegra. 

Tras la decisión del Alto Tribunal, contra la que no cabe recurso. la vista oral tendrá que repetirse. La visita al local era una prueba admitida en el primer proceso y , por tanto, deberá practicar el nuevo tribunal popular. Salvo que las partes renunciaran expresamente a esta inspección y dejaran de considerarla necesaria. Las fuentes judiciales consultadas por este diario señalaron que la revisión de todas las pruebas pedidas será una de las primeras cosas que habrá que estudiar con las partes cuando la causa regrese del Supremo y se haya designado a un nuevo magistrado.

El edificio donde se encontraba Novocar, la empresa que regentaba Miguel López, fue vendido tras el acuerdo que alcanzó Vicente Sala con sus tres hermanas para separar sus patrimonios. Las hijas de María del Carmen Martínez vendieron en julio de 2019 a la mercantil Candelenas Holding SL las instalaciones, que lleva funcionando también como negocio de automoción desde finales de 2019.

La visita al escenario del crimen era una prueba autorizada para el primer juicio y debe repetirse en el nuevo

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La acusación particular que ejerce Vicente Sala a través del abogado Francisco Ruiz Marco había pedido a la Audiencia que prohibiera expresamente a los nuevos propietarios alterar la estructura del edificio. Una prohibición que se extendía también al coche de María del Carmen Martínez, el Porsche Cayenne que la víctima iba a recoger a Novocar el día en que fue asesinada. En el acuerdo para repartirse el patrimonio el vehículo también pasó a ser propiedad de las tres hermanas. El coche no puede ser vendido y deberá estar en el edificio el día que se lleve a cabo la inspección ocular. 

Unas restricciones que siguen vigentes y que parecen haberse cumplido desde el final del primer juicio, ya que el escenario sigue siendo prácticamente el mismo que el de aquella tarde de diciembre de 2016. Se mantiene el lavadero, la zona de recambios, el taller y las puertas que conectan con la zona de venta de vehículos.

Condiciones lumínicas

Para la Fiscalía y para la acusación particular, era importante que el jurado hiciera la visita a las instalaciones antes de empezar a tomar declaración a los testigos a fin de poder valorar con mayor precisión las pruebas que se le presenten. Dónde estaba situado el lavadero en el que se encontraba el coche de María del Carmen Martínez cuando recibió los disparos que acabaron con su vida; dónde se encontraban el resto de los empleados que irán testificando a lo largo del juicio; y sobre todo que valoren si el asesinato pudo ser cometido por alguien que conocía bien el reparto de las instalaciones y los tiempos que tuvo el asesino para moverse de un sitio a otro. El objetivo era que el jurado grabara en sus retinas las distancias y las estancias de los testigos y del acusado dentro de las dependencias. Para ello, las acusaciones pusieron empeño en que la inspección ocular se practicara a una hora en la que se dieran las mismas condiciones lumínicas que la tarde del asesinato.

Por el momento en la Audiencia no hay previsión sobre la fecha en la que podría celebrarse el nuevo juicio, aunque las fuentes consultadas por este diario señalaron que no tiene por qué demorarse mucho, menos de un año. En estos momentos, la sala de jurado se encuentra al día y todo dependerá de las otras causas que se reciban en las próximas semanas y de la agenda del magistrado que finalmente asuma el caso. 

La Fiscalía y la acusación particular reclaman para Miguel López penas cercanas a los 25 años de cárcel por los delitos de asesinato y de tenencia ilícita de armas; mientras que la defensa reclama la libre absolución. López se ha declarado inocente del crimen desde el primer momento y quedó absuelto en el primer juicio por el jurado. Una vista oral que ha sido anulada porque 48 horas antes de la resolución, el tribunal popular falló otra en el que le declaraba culpable por siete votos a dos. La magistrada rechazó el primer veredicto por falta de motivación y el acta fue destruida sin poder ser consultada por las acusaciones y valorar si la motivación era o no suficiente.

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