Un turista fue agredido el sábado en Magaluf por una multitud y le robaron el teléfono móvil. Tras activar la víctima el GPS, este indicaba que su terminal se encontraba en Palma. La víctima se trasladó hasta allí en un taxi con unos amigos y se toparon con la Policía Nacional. Una vez allí, el teléfono sonó en las ropas de una joven de 19 años, de origen marroquí, que fue detenida por un presunto delito de robo con violencia.

Los hechos ocurrieron la madrugada del sábado en Magaluf. Un joven estaba de fiesta cuando fue abordado por sorpresa por varias personas. Estas le propinaron una paliza y le dejaron inconsciente. Al reanimarse, se percató de que le faltaba el teléfono móvil y de que se lo habían robado. A continuación activó el geolocalizador y señalaba que su terminal se encontraba en Palma.

Sin dilación, la víctima se subió en un taxi con unos amigos y todos se dirigieron hacia el lugar que les señalaba: una casa okupada en el barrio de Pere Garau. Al llegar allí, el afectado y sus amigos se encontraron con varios agentes de la Policía Nacional. Estos habían acudido alertados por los vecinos debido al ruido.

El joven al que habían robado el teléfono aprovechó que los policías estaban allí para denunciarles lo ocurrido. Les indicó que el GPS le señalaba que en ese lugar se encontraba su móvil. Al activar el timbre, el terminal sonó en la ropa de una chica. A continuación esta fue detenida por robo con violencia y el teléfono fue devuelto a su propietario. También le hallaron otro móvil de dueño desconocido. La investigación continúa para esclarecer cuántos implicados más hay en el violento robo en Magaluf.