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Juicio

El asesino confeso de Lorena Dacuña: "Se lo merecía, cuando salga voy a por el hermano"

El psicólogo de la prisión desvela la conversación que tuvo con el gijonés | La defensa del acusado se suma a la petición de condena de Fiscalía, de 20 años de cárcel

José Manuel Sánchez Merino, asesino confeso de Lorena Dacuña, esta mañana, en el juicio.

Lorena Dacuña falleció por una puñalada mortal e intencionada en el corazón, aunque recibió una veintena de heridas de arma blanca. Y su asesino confeso, José Manuel Sánchez Merino, llegó a relatar a otros compañeros de celda que la víctima "se lo merecía", que no se arrepentía de haberla matado, y que cuando saliese en libertada iría a por el hermano de la fallecida. Estas fueron las principales conclusiones tras testificar esta mañana los peritos policiales y forenses que lideraron la investigación de la muerte de la gijonesa, fallecida a inicios del pasado 2020. Finalmente, las acusaciones particular y popular inciden en su petición de 25 años de condena por asesinato y la defensa, como novedad, se adhiere a la petición de Fiscalía, que plantea 20 años de condena por el mismo delito, incluyendo los agravantes de parentesco y desprecio de género. "Está arrepentido", asegura la letrada del gijonés.

Esta tercera jornada de juicio se saldó sin la presencia, de nuevo, de Gilberto R. M., el acompañante portugués con el que la víctima Dacuña acudió a su casa de la calle Callao la madrugada del crimen, y por tanto la última persona, junto al acusado, que la vio con vida. Estaba citado a testificar el martes y hoy, a la vista de que seguía ilocalizable, la jueza propuso leer en alto la declaración de este implicado ante el Juzgado de la Violencia contra la Mujer el pasado 11 de febrero de 2020. La defensa y las acusaciones aceptaron. 

Así, se recordó que este portugués declaro haber conocido a Dacuña la noche del crimen, que acordaron ir a la casa de ella, y que en la puerta el acuso les empujó, llegando a caer la víctima al suelo, aunque no él. Se explicó también que el acusado, según este testigo, no paraba de insultar a la víctima, y que él no vio cuchillo alguno, pero que, creyendo que era su marido, decidió salir huyendo. Declaró que todo fue muy "repentino" y que se llevó la mochila del acusado "sin querer", y que al darse cuenta la tiró a un contenedor.

El acusado de mostró aparentemente tranquilo, aunque muy interesado en escuchar todas las versiones policiales. Pidió, por ejemplo, girar su silla, orientada al jurado popular, hacia la pantalla de videoconferencias para poder escuchar a los primeros agentes, que confirmaron haber hallado restos de sangre en el arma homicida y restos de ADN de ambos implicados, él y la víctima. 

Los peritos forenses fueron los que cuantificaron la veintena de heridas en el cuerpo de la gijonesa, y explicaron que la que resultó mortal fue una puñalada que le seccionó el ventrículo izquierdo. Señalaron que, a su juicio, las heridas que presentaba la víctima parecían ser no ser "casuales" ni fruto de un forcejeo. Los análisis psicológicos del acusado, por su parte, confirmaron la ausencia de síntomas depresivos ni de ansiedad, y recalcaron que al gijonés se le sacó de la UTE (la unidad terapéutica de la prisión asturiana) tras declarar varios encarcelados que el varón hacía comentarios como que no se arrepentía de los hechos, que la víctima "se lo merecía", y que cuando saliese de prisión "iría a por su hermano". Los agentes de la prisión de Palencia, por su parte, insistieron en que el acusado "contó con detalles" todo lo sucedido, confesando los hechos. 

La defensa, ante estas pruebas, acordó con el acusado aceptar se condenado por un delito de asesinato, con 20 años de cárcel, incluyendo los agravantes de parentesco y de desprecio de género, que es la misma pena que pide la Abogacía del Estado. "Está arrepentido", aseguró este miércoles la letrada del encausado. La acusación particular, que representa a la familia de la víctima, y la popular, ejercida por Abogadas por la Igualdad, insisten en los 25 años de pena, lo que dependerá en gran medida de si se logra comprobar o no si en el asesinato a Lorena Dacuña hubo ensañamiento.

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