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Siniestro

Media hora antes del derrumbe había 20 personas en la cocina del hotel de Alcúdia

El edificio permanecerá precintado hasta que se confirme que el acceso es seguro

Los turistas abandonaban el sábado el hotel tras el derrumbe. Guillem Bosch

Dentro de la desgracia, el derrumbe ocurrido el sábado en el hotel Blue Sea Piscis del Port d’Alcúdia pudo haber sido mucho peor. Apenas media hora antes de que el suelo del gimnasio se viniera abajo y cubriera de escombros la cocina del establecimiento había unas veinte personas trabajando allí. Afortunadamente la mayoría habían salido y en el momento del siniestro solo había dos personas que resultaron heridas. De ellos, la mujer, que aparentaba estar más grave, evolucionó de forma muy favorable y recibió el alta horas después. El otro herido estaba todavía pendiente de ser sometido a pruebas.

La alcaldesa de Alcúdia, Bàrbara Rebassa, explicó que para hoy mismo está previsto que se reúnan los técnicos municipales, agentes de la Guardia Civil y miembros de los cuerpos de emergencia para iniciar los análisis para determinar la afectación del edificio y las causas que provocaron el derrumbe. Fuentes de la Guardia Civil confirmaron que los investigadores de la Policía Judicial estaban pendientes de que se confirmase que el acceso era seguro para realizar una inspección ocular e iniciar las diligencias para determinar las causas del siniestro. El hotel, construido en 1973, ha quedado precintado y se tendrá que valorar si puede ser reabierto y en qué condiciones.

«Tras el derrumbe, los primeros esfuerzos se concentraron en rescatar a las personas que habían quedado atrapadas y trasladarlas al hospital», indicó ayer Bàrbara Rebassa. La alcaldesa destacó que las consecuencias finales no habían sido tan graves como hacían pensar las primeras informaciones. De hecho, estas consecuencias podrían haber sido mucho peores si el derrumbe hubiera ocurrido apenas media hora antes, cuando las cocinas del establecimiento estaban a pleno rendimiento y había unas veinte personas trabajando allí.

Sin embargo, cuando se produjo el siniestro, a las tres de la tarde, solo quedaban allí dos empleados, ya que la mayoría de los clientes del establecimiento almorzaron temprano.

La mujer de 59 años que inicialmente se encontraba en peor estado y fue trasladada a Son Espases evolucionó muy favorablemente y recibió el alta el mismo sábado. Por su parte el otro herido, un hombre de 57 años, cuyo estado parecía más leve, seguía ayer ingresado en observación, pendiente de diversas prueba médicas.

Tras el siniestro, los más de trescientos clientes tuvieron que ser desalojados a toda prisa, sin tiempo de recoger sus equipajes. Fueron los bomberos y el personal de Protección Civil quienes posteriormente les entregaron sus pertenencias, antes de ser trasladados a otros hoteles.

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