Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de València, junto con la Unidad Central Operativa Medioambiental (Ucoma), ha imputado a uno de los hijos del conocido empresario valenciano Francisco Ros Casares (fallecido en 2014) tras haber intervenido en su domicilio dos centenares de 200 piezas de taxidermia y animales completos disecados, muchos de ellos originarios de África, que guardaba a modo de trofeos cinegéticos.

El decomiso de los animales naturalizados, que adelantó ayer la Cadena Ser, se produjo en la mañana del miércoles, en una de las propiedades del investigado, en Bétera. Según la información a la que ha tenido acceso este diario, parte de los animales estaban en la vivienda, pero la mayoría estaba en un inmueble utilizado como almacén, dentro de la enorme parcela sobre la que se levantan ambas edificaciones.

Entre los ejemplares disecados hay algunos de gran valor, como leones africanos, tigres de Bengala, rinoceronte blanco e incluso jirafas, además de decenas de colmillos de elefante. Todos estos ejemplares mencionados pertenecen a especies amenazadas y protegidas, por lo que se le imputa al investigado no detenido un delito contra la flora y la fauna.

Los agentes del Seprona de la Comandancia de València han contabilizado e inventariado el ‘cementerio’ animal atesorado en casa del hijo del que fuera presidente del Valencia CF y dueño de un imperio siderúrgico, y ahora están realizando un informe para confirmar especie a especie el grado de protección, para determinar los posibles delitos, que investiga un juzgado de Llíria.

Una información confidencial

La operación policial se puso en marcha hace unos meses, después de que la Guardia Civil recibiese una información confidencial que les ponía sobre la pista de que uno de los hijos de Ros Casares, empresario al igual que su padre, guardaba en su casa cientos de ejemplares de animales exóticos disecados.

Agentes del Seprona, con el asesoramiento de la Ucoma, pusieron en marcha una investigación y, tras comprobar la veracidad de la información recibida, decidieron solicitar una orden judicial para acceder al domicilio y confiscar los ejemplares de especies protegidas sometidos a procesos de taxidermia, que se han quedado en el mismo almacén, pero en depósito judicial.

La mayoría de los animales fueron cazados en safaris en África, aunque también había ejemplares de fauna autóctona, como ciervos, venados o jabalíes.

Imagen de archivo de animales salvajes disecados. / MAX WHITTAKER

El Seprona de Alicante ya dio un duro golpe al tráfico ilegal de especies protegidas hace tres años con el desmantelamiento de tres talleres ilegales de taxidermia y la incautación de más de 200 ejemplares de especies protegidas naturalizadas, entre ellas de león africano, rinoceronte blanco, tigre de bengala, hipopótamo, cocodrilo africano y jirafa. 

La operación 'Taxideralia', que se enmarcaba, como la desarrollada en Bétera, dentro de un plan contra el tráfico de especies silvestres liderado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Seprona, permitió investigar a seis personas. A cuatro de ellas, residentes en Elx, Alicante, Aspe y Villafranqueza, se les imputó un delito contra la fauna, mientras que a las otras dos, residentes en Alicante y Murcia, no tuvieron responsabilidad penal pero sí administrativas.