Un grupo de okupas irrumpieron el jueves en un domicilio del barrio palmesano de Son Gotleu y echaron a un vigilante de seguridad y al cerrajero que arreglaban los desperfectos. La Policía Nacional logró detener a uno de ellos, un joven español de 25 años, cuando emprendía la huida por un presunto delito de usurpación con intimidación y daños.

Los hechos ocurrieron sobre las tres de la tarde del pasado jueves en Son Gotleu. Un vigilante de seguridad y un cerrajero llamaron al 091 después de que un grupo de okupas les echara del domicilio donde se encontraban. Estas personas habían acudido a subsanar unos desperfectos en la alarma y después cambiar la cerradura tras detectar la irrupción de intrusos el día anterior.

Cuando las patrullas de la Policía Nacional acudieron al lugar, una desbandada se produjo entre los okupas. Los agentes lograron interceptar a uno de ellos que portaba 2.000 euros en el bolsillo. El sujeto indicó que había quedado con unos amigos para okupar ilegalmente un piso e indicó que el dinero era para pagarles a ellos y a un cerrajero. El individuo trató de justificarse y confesó que ya habían irrumpido el día anterior.

A continuación, los agentes se entrevistaron con el vigilante. Este explicó que el día anterior se había producido una intrusión en un domicilio de un particular, que tenía contratado el servicio de seguridad. Los intrusos rompieron la puerta e inutilizaron la alarma.

Así, el guarda acudió con el cerrajero para arreglar los desperfectos cuando apareció el grupo de personas en actitud agresiva y les intimidaron para que se fueran a la calle. Para evitar incidentes violentos, los dos accedieron, se fueron y avisaron a la Policía Nacional.

A tenor de este testimonio, los agentes detuvieron al joven por un presunto delito de usurpación de un bien inmueble mediante intimidación y otro de daños en la puerta y en la alarma. La investigación continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones.